Querida pequeña saltamontes,
Hoy es 8 de octubre, así que hoy hace exactamente un año de tu llegada al mundo. 365 días que han volado a un ritmo vertiginoso. 52 semanas llenas de momentos y recuerdos que se me agolpan en la mente como un tótum revolútum al que por momentos me parece imposible poner orden. Alguna vez he escrito por aquí que ese día cambió para siempre nuestras vidas. Y no exagero. Llegaste con la fuerza de un tifón. Y con esa fuerza cambiaste todo. Nos cambiaste en todo. Y llenaste nuestros días de caos, cansancio… y felicidad. A partes iguales.
Mentiría si te digo que ha sido un año fácil. Digamos que papá y mamá han oscilado entre el cielo y el infierno. A veces incluso en el mismo día. Y digamos también que ambos nos hemos dejado algunos kilos por el camino, así que no nos tengas en cuenta nuestras pintas de toxicómanos. Sólo es fachada. Daños colaterales de intentar seguir el exigente ritmo de vida que nos has marcado. Y oye, que al final uno se acostumbra. Tanto que si por alguna de aquellas algún día puntual estás más parada de lo normal, hasta lo echamos de menos. Que sepas que nos gusta tu ritmo. Nos encanta cómo eres, desde el primer día tan despierta, tan activa, con tantas ganas de comerte el mundo a bocados. Ojalá no las pierdas nunca. Ojalá le sigas pegando dentelladas a la vida con la voracidad que lo haces ahora. Ojalá. Siempre. Nosotros te animaremos a ello. Que lo sepas. Aunque eso nos cueste bajar una talla más de pantalón. No importa. Compensaremos el peso con las bocanadas de vida con las que nos llenas el alma.
No, no ha sido un año fácil. Y sin embargo, sólo me sale darte las gracias. Gracias por esas bocanadas de vida y de aire fresco. Gracias por enseñarnos nuestros límites. Gracias por ayudarnos a superarlos. Gracias por hacernos ver que otro mundo es posible. Gracias por cambiar nuestras prioridades. Gracias por dejarnos verte crecer. Gracias por maravillarnos cada día con tus evoluciones. Gracias por recordarnos que la vida es mucho más sencilla de lo que parece y que uno puede ser feliz con muy poco si dentro de ese poco hay mucho amor y una sonrisa como la tuya. Gracias por esa sonrisa pura que ilumina nuestros días. Gracias por ser como eres. Gracias por llenarnos la vida de primeras veces. Gracias. Por todo. Creo que es imposible devolverte todo lo que nos has dado.
Y en este punto de la carta me gustaría hacer un inciso. Espero que no te importe. Sé que es tu cumpleaños, pero hay otra persona que también merece aquí unas líneas de homenaje. Hace un año la mamá (tú mamá) me dejó maravillado por su fuerza, su valentía y su coraje. Antes, durante y después del paritorio no pude sentir otra cosa que admiración por ella. Y esa admiración (aunque a veces ella no lo crea) no ha dejado de crecer durante tu primer año de vida. Sé que ya lo sabes, aunque quizás aún no eres del todo consciente de ello, pero tienes la suerte de tener la mejor mamá del mundo. Del papá aún no podemos decir lo mismo (comprende que aún estoy en prácticas). Las cosas como son. Yo soy un cinco raspado. Un progresa adecuadamente. Mamá es matrícula de honor. En todo. Muchas veces pienso que nació para tenerte. Que sepas que me ha encantado ver como se formaba y crecía el precioso vínculo que os une. Que sepas que se me cae la baba cuando veo esas miradas cargadas de amor que le dedicas. Que os dedicáis. Que sepas que soy la persona más feliz del mundo por teneros a mi lado. A las dos. Hoy hace un año, gracias a ti, la mamá volvía de alguna forma a nacer. Así que en cierto modo, hoy también es su cumpleaños. Felicidades, mamá. Gracias por Mara. Gracias por estar.
Son las dos de la madrugada. Calculo que en unas siete horas empezarás a desvelarte. Entonces te sentarás en la cama y nos darás los buenos días con una sonrisa. Nosotros te comeremos a besos. Como cada mañana. Y la vida seguirá su curso. En casa, sin embargo, nos vamos a permitir el lujo de parar el tiempo. La ocasión lo merece. Hace un año que cambiaste nuestras vidas y ahora somos incapaces de imaginárnosla sin ti. Eso hay que celebrarlo.
¡Feliz primer cumpleaños, princesa!