Nunca había hecho pasta de sal y no puede ser mas fácil y divertida para hacer con niños.
Miré varias recetas porque no tenía ni idea de como se hacía. Los ingredientes que se necesitan los tenemos todos en la cocina: harina, sal y agua. Nos remangamos y manos a la obra.
Cada uno tenía su cuenco para mezclar ingredientes.
Primero echamos tres vasitos pequeños de harina, uno de sal y vaso y medio de agua más o menos. El agua lo fuimos añadiendo poco a poco mientras mezclábamos. Mover, mover y mover hasta que la harina se vaya despegando del cuenco. Si es necesario añadir un poquito más de agua.
Cuando la masa ha quedado despegada y todo mezclado, la sacamos del cuenco y sobre una tabla amasamos. Y amasamos, y amasamos (ellos se cansarán, pero luego nosotros le damos unos toquecitos más). La pasta está lista cuando ya no se nos queda pegada entre los dedos.
Cuando está lista la recubrimos con papel film y la metemos en el frigorífico. Hay que dejarla unas horas hasta que la podamos utilizar para modelar. Yo la dejé tres horas pero no fue suficiente, así que lo dejamos hasta el día siguiente.
Es una pasta que se moldea genial y al meterla en el horno se endurece.
Para hacer los fósiles, cogimos algún dinosaurio de los que teníamos por casa y directamente lo pusimos encima de la pasta. También hicimos huellas de dinosaurio, poniendo las patas de un dinosaurio gigante.
Y para los dientes y el hueso, modelamos directamente la pasta.
Y listo para meter en el horno. Lo tuve más o menos una hora a 130º, hasta que vi que la pasta había quedado dura. Dejamos las piezas enfriar.
Los fósiles los dejamos directamente con el color de la pasta. Pero los dientes y el hueso, los pintamos con pintura acrílica blanca y quedaron perfectos.
Os recomiendo esta actividad para hacer con los niños. Se puede hacer cualquier figura y luego ellos la pueden decorar como quieran.
Fuente: este post proviene de Blog de mamabee, donde puedes consultar el contenido original.
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