¿No echáis de menos ver a más niños en el parque?
Ya no veo tantos niños en la calle jugando a la pelota o saltando a la cuerda. Algunos de ellos ya solo se divierten si ven vídeos de youtube o cuando están jugando a consola. Incluso he visto a niños de dos años esperando en el médico con el móvil de sus padres en las manos viendo los dibujos.
En mi infancia, jugar era mucho más que consolas, móviles y ordenadores. Me acuerdo cuando mis padres me compraron unas marionetas de dedo para uno de mis cumpleaños. ¿Sabéis todo lo que disfruté con ellas? Hasta las llevaba al colegio para hacer historias en clase con los compañeros. ¿Sabéis lo que me ayudó eso para desarrollar mi creatividad e imaginación?
¿Los juguetes tienen que marcar tendencia?
Parece que en la actualidad jugar está relacionado con las grandes marcas de juguetes. Parece que todos los niños tienen que tener lo último del mercado para pasárselo bien. El simple hecho de jugar ha pasado a ser una moda que cambia cada año según las tendencias. Ahora casi todos los niños tienen una consola en casa. Antes, jugábamos en la calle y en el parque. Incluso nuestros padres nos obligaban a veces a volver a casa. Ahora son algunos niños los que no quieren salir.
Jugar. Una acción que debería favorecer la creatividad y la imaginación. ¿Dónde quedaron los juguetes de madera que utilizaban nuestros abuelos, padres e incluso nosotros mismos? ¿Dónde quedaron esos juguetes que nos hacían quedarnos pegados al suelo todas las tardes después de venir del colegio? Desgraciadamente, creo que se ha perdido lo que en esencia conlleva el concepto de jugar. Los juguetes deberían ser libertad, deberían fomentar habilidades y deberían llenar de recuerdos inolvidables la vida de los niños.
¿Cuál es la intención de que los niños jueguen?
Hay padres que se olvidan de que la verdadera intención de un juguete es la de estimular la creatividad y la imaginación de sus hijos y no la de estar a la moda con el objeto en cuestión. La intención de los juguetes no debería fomentar el consumismo excesivo (con eso de que se pasan de moda en menos de seis meses). Yo echo de menos cada juguete que tuve en la infancia. De hecho, todavía tengo tangram y puzzles de madera con los que me pasaba las horas muertas maravillada.
Jugar es mucho más que una moda y una tendencia. Los juguetes que tienen los niños deberían ser a largo plazo. Juguetes auténticos que llamen su atención y que no estén guardados en un baúl porque ya no se llevan. Os soy sincera cuando os digo que echo de menos ver a niños por la calle. Echo de menos aquellos juguetes que nos robaban el corazón al instante. Echo de menos esos muñecos de trapo con los que íbamos a todas partes.
Más juego libre y menos tecnología en la infancia
No dejo de preguntarme qué pasaría si ayudásemos a los niños a recuperar la verdadera intención de jugar. Si volviéramos a dar importancia a jugar en la calle. ¿Qué pasaría si cambiásemos las tabletas y móviles por cubos y palas y fuésemos con ellos a coger arena? Ellos vivirían nuevas emociones, nuevas experiencias y nuevos descubrimientos.
Volveríamos a recuperar con ellos el verdadero concepto de jugar. Recuperaríamos con ellos esos juguetes auténticos que podrían acompañarles durante muchos años de su vida. Y eso ¿es lo que realmente vale la pena, no?
Porque me considero una fiel defensora del juego libre y respetuoso con el medio ambiente, os recomiendo que echéis un vistazo a la maravillosa tienda online de jugos de madera Baby Caprichos que me ha servido de total inspiración para escribir el post. ¡Estoy convencida de que os va a encantar!
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