Kirpi, el erizo
Kirpi es un erizo que, un día antes de empezar el colegio, tiene un accidente en el bosque. Debido al accidente, el doctor le dice que deberá llevar sus patitas delanteras vendadas durante todo un trimestre. Al principio, Kirpi no encuentra en esto un problema, pues va a ir al colegio igual ya que camina con las patas traseras. A Kirpi le encanta ir al colegio, y aprender con todo lo que el profesor les enseña.
Pero llegó un día en el colegio que tocó empezar a escribir, y el profesor les enseñó la letra “a”. Todos la miraron y después tocaba escribirla. Todos sus compañeros pudieron copiarla en sus cuadernos, menos Kirpi, que no podía usar sus patitas delanteras. Kirpi observaba a sus compañeros y tenía muchas ganas de quitarse las vendas para poder escribir. Además, unos días más tarde el profesor anunció que harían una exposición con todas las “a” que habían escrito, para que pudieran venir las familias.
Kirpi estaba muy triste. Él no iba a poder participar de la exposición si no podía escribir. Entonces empezó a pensar y pensar cómo podría participar, hasta que viendo a su profesor que usaba otra parte del cuerpo cuando tenía sus manos (en este caso alas) ocupadas. Kirpi se puso feliz de nuevo, puesto que iba a poder participar en la exposición. No necesitaba escribir con sus patitas delanteras, había otras formas de hacerlo.
Kirpi se puso a buscar las mejores hojas, hizo un tinte natural, y se puso a pintar “a”…con sus púas! No le salió bien a la primera, pues debía aprender a utilizar una parte del cuerpo para pintar que no había utilizado nunca, pero logró mejorar su “a” al poco rato. Después utilizando sus púas pudo marcar “a” en la hojas. Otra forma de presentar su “a” en la exposición! Y así fue como nuestro amigo erizo, que pensaba que no iba a poder participar de la exposición, pudo presentar tres “a” hechas de distintas maneras. Fue un ejemplo para todos sus compañeros. Después de aprender con la creatividad de Kirpi, ¿os imagináis cómo fue de creativa la exposición de la letra “b”?
Este libro con su breve historia, perfecta para antes de ir a dormir, nos enseña la importancia de no rendirnos ante una dificultad. Yo encuentro que es la lectura perfecta para cuando las pequeñas terremoto no han tenido buen día. Kirpi no se rinde ante una dificultad, quiere algo y lo quiere con muchas ganas, y piensa y piensa hasta que encuentra una solución, muy creativa en este caso, para poder lograr su objetivo.
Es un tema que procuro trabajar con las terremoto. El “no puedo”, “no sé” no deben ser frases finales, no podemos rendirnos ante la primera vez que algo no nos funciona a la primera, o que algo nuevo que estamos aprendiendo nos cuesta de aprender al principio. Se me ocurren montones de ejemplos: cuando uno no llega a alcanzar algo, cuando quieren hacer una manualidad complicada, cuando aprendieron a hacer slime, cuando están aprendiendo las multiplicaciones, intentando hacer un origami o aprendiendo a tirarse de cabeza a la piscina, o cuando estaban aprendiendo a servirse solas en los platos o cortar su propia comida. Son muchas las ocasiones en las que se enfrentan a algo que no les es cómodo ni fácil de resolver, pero siempre les digo, cuando vienen a decirme “no sé hacerlo, hazlo tú”, que debemos respirar hondo, sentarnos tranquilamente y “darle una vuelta” para ver cómo podríamos intentarlo, cómo podríamos poco a poco ir practicando hasta lograr el objetivo, o como podríamos inventar algo (como por ejemplo en el caso de alcanzar algo que está muy alto) para poder conseguirlo.
La práctica y la creatividad son amigas en este proyecto de no rendirnos, de seguir intentando, de que el “no me sale” no nos acompañé, sino que la frase que nos aparezca en mente es “tengo que seguir intentando” Recuerdo una ocasión que la mayor de las terremoto quería bañarse con un barquito hecho por ella, pero al ser todos de papel, se le deshacían al cabo de un rato. Después de darle unas cuantas vueltas, construyó un barquito con goma eva y otros materiales, que a pesar de las dudas de la creadora, navegó a la perfección. Os lo enseño:
A post shared by asi piensa una mama (@asipiensaunamama) on
Así pues, esta tierna historia nos ayuda a hablar de seguir intentando, de la creatividad, de no rendirse. Kirpi es un gran amigo de nuestro rincón lector.
Titulo: Kirpi el erizo
Autor: Özge Bahar Sunar
Ilustraciones: Ceyhun Sen
Editorial: Zig Zag