La leche materna aporta todos y cada uno de los nutrientes que el recién nacido necesita para crecer sano y fuerte y, el proceso de amamantar en sí mismo ayuda a la madre a reponerse después del parto.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de edad es la forma de alimentación óptima para un bebé recién nacido.
Transcurrido este tiempo, deberá iniciarse el proceso de alimentación complementaria sin abandonar la lactancia materna durante, al menos, los dos primeros años del bebé.
¿Qué es la lactancia mixta?
Las recomendaciones de la OMS con respecto a la lactancia materna son bien claras, pero muchas madres deciden empezar con la lactancia mixta como parte de la transición hacia la alimentación complementaria.La lactancia mixta consiste en alimentar al bebé tanto con leche materna como con un alimento artificial ya sea leche, cereal u otro alimento o agua, ya sea alternando el pecho con el biberón, o complementando el uno con el otro.
Cómo iniciar una lactancia mixta exitosa
Incorporar leche de continuación a la dieta de un bebé que ha sido exclusivamente alimentado con leche materna no debe ser un trauma ni para el pequeño ni para la madre lactante.Antes que nada, la madre deberá conocer que existen dos tipos de lactancia mixta según la forma en la que decida llevarse a cabo la combinación de la leche materna con la leche de continuación:
Lactancia mixta coincidente: su nombre se debe a que ambas formas de alimentación coinciden en la misma toma.
En este caso, la madre alimentará a su bebé (en cada una de las tomas) primero con leche materna y después con leche de continuación.
Este método generalmente se utiliza cuando hay indicios médicos suficientes de que el bebé no consigue tomar la cantidad de leche materna que necesita.
Lactancia mixta alternante: es el método de lactancia mixta más utilizado y consiste en alternar el pecho y el biberón en las diferentes tomas del bebé.
Cuando una madre necesita más libertad de movimiento o su situación personal le obliga a incorporarse al mundo laboral, el bebé se alimentaría de leche materna en algunas tomas y de leche artificial en otras.
Para que el paso de la lactancia materna exclusiva a la lactancia mixta no suponga ningún problema y sea una experiencia satisfactoria, deberán tenerse en cuenta algunas consideraciones:
La introducción del nuevo alimento deberá realizarse de forma paulatina, teniendo en cuenta que es muy probable y frecuente que el bebé se aferre al pecho como su única forma de alimento.
El sabor de la leche materna, el contacto piel con piel exclusivamente con su madre y el estar acostumbrado a la forma del pezón materno no son cuestiones que el bebé olvide de la noche a la mañana.
En las tomas de leche materna, la madre deberá permanecer todo el tiempo posible amamantando.
De este modo la producción de leche se adecua a la succión del bebé de forma constante.
El pecho materno debe estar correctamente estimulado o de lo contrario el bebé comenzará a preferir biberón.
Buscar un equilibrio que satisfaga a ambos implicados garantiza un mayor porcentaje de éxito.
Las tomas nocturnas son excelentes para mantener y aumentar el flujo de leche materna: el bebé no querrá esperar y la madre tendrá una excelente oportunidad para seguir cómodamente en la cama mientras da el pecho a su hijo.
Intentar introducir las tomas de leche de continuación durante el día y sin presiones puede ser una buena forma de adaptar al bebé a su nuevo alimento.
La paciencia y la delicadeza son dos ingredientes esenciales en un proceso que puede ser, según el caso, más o menos complejo.