Hoy quiero tratar un asunto que llevo tiempo dándole vueltas, tal vez me salga una entrada un poco más seria que de costumbre, disculpadme, en la próxima prometo volver a ser yo. Pero es obvio que llega la Navidad, que llega el inundar la casa con espumillón rojo y blanco, poner bolas por doquier, muchas piñas y polvorones; y que toda esa vomitera navideña a veces remueve cosas en el interior.
Pero también llega un momento raro para aquellas personas no creyentes, sobre todo cuando son padres. Cuando vivía en casa de mis padres solo se ponía el nacimiento y el árbol de navidad, todo como manda la tradición el día de la Inmaculada. Y el nacimiento lo ponían sobre todo porque lo había modelado yo en mis clases de cerámica (era adicta, no os imagináis que cara más bonita le hice a la virgen con su hijo en brazos, pasaba de ponerlo al pobre ahí en la paja).
Cuando me fui a vivir con el padredelasfieras, solo ponía el árbol. No soy creyente, de hecho soy bastante crítica con todo lo que huela a iglesia, por eso vi que no tenía sentido el poner un belén, pero aaayyy amigo cuando empiezas a tener prole y estos ven que en otras casas ponen una cosa que se llama: Belén.
Estos años han sido sencillos, Minimonster era pequeña, no preguntaba, simplemente sabía que el 8 por la mañana poníamos en casa el árbol, y que por la tarde íbamos a casa de la superabuela a poner su árbol y su belén.
Pero este año ha preguntado que porque no ponemos belén en casa, como estaba en ese momento bastante ocupada y no muy centrada como para explicarle todo, le dije que no tenía espacio para él; rauda ya me lo estaba ubicando en mi aparador del salón.
Estas fechas son raras para una casa en que el cabeza de familia es creyente, la madre no lo es, ambas hijas están bautizadas, pero no dan religión en el colegio ni harán la comunión.
Porque no puedo negarles a mis hijas los reyes magos y esas figuras, si elimino el Belén de casa, elimino esas figuras y solo represento a Papá Noel, y eso tampoco me hace gracia. Porque si vas a la cabalgata a ver a los Reyes Magos, ¿cómo le explicas a tus hijas que las estáis educando en un hogar que no sigue ninguna religión, pero que en cambio, deben creer que esas figuras le traerán juguetes por la noche si se acuestan pronto?
¿Hasta que punto podemos "apropiarnos" los no creyentes de las tradiciones religiosas? ¿Está mal, que yo que no creo, disfrute poniendo un belén o dando regalos el 6 de enero? ¿Cómo le explico a mis hijas, que no creo en la religión, sin romperle la ilusión de unos Reyes que son magos y que les traen juguetes por la noche?
Hoy se comentaba por Twitter, el tema de los calendarios de adviento que como bien han explicado, se trata nada más y nada menos que de un calendario litúrgico, es que decir, que va marcando los días que quedan para Navidad.
¿Está mal que los no creyentes, ateos, agnósticos o quienes sean, tengamos calendarios de adviento en casa? En mi caso lo uso para que ella "controle" los días que:
A. Quedan para poner el árbol y decoración navideña
B. Sepa cuanto queda para que llegue Papá Noel
Sinceramente, una niña que se tira el santo día preguntando cuánto queda para.... puede llegar a resultar agotador, y a mí me viene muy bien ese Papá Noel que compré en Ikea, en el que dentro de cada cajita que lo forma, encuentra un bombón y además una nota, en la cual viene alguna regañina o es cariñosa y llena de amor.
A veces, para una madre no creyente, estas fechas se convierten en una auténtica locura por intentar mantener un equilibrio entre la inocencia de los niños y las creencias en que los estás educando. Imagino que esto pasará en el momento que descubran toda la realidad.
Pero mientras ¿tenemos que seguir disimulando y
fomentar la creencia en algo que ni yo misma creo?
Por mi parte digo que sí, porque solo se es niño una vez,
y ya tendrán tiempo cuando pierdan la niñez,
de ver la realidad que rodea a
"ese mundo tan mágico" que es la religión.
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