Una clienta, tuvo que regresar un artículo que había comprado, y debo resaltar todas las acciones realizadas por la clienta, que son comunes en uno de estos casos, pero esta chica, dejó claro, el tipo de educación que la precede.
Desde el correo que envió solicitando información sobre el proceso de devolución, darnos las gracias por la presentación del producto y la atención, hasta "disculparse por la devolución", lo que no era necesario, no había nada que disculpar. Me llamó la atención y se lo agradecí, porque me encanta trabajar con gente educada. Pero esto fue mas allá, cuando realicé el proceso de reintegro del dinero, y por error del banco, le transferí el monto mas de una vez. Aquí todos haríamos un alto y pensaríamos, ¿Qué haría yo?, pues yo, haría lo que hizo G. Ella se puso en contacto conmigo, me indicó que el monto se repetía y que podía hacer para solucionarlo. Yo no me había dado cuenta del error, sin embargo ella tuvo la honestidad de indicármelo y facilitarme los trámites reintegrándome el dinero. Cosas como estas, lamentablemente no se ven todos los días, pero me alegro que me haya pasado, y haber conocido a un ser humano íntegro, honesto, porque hoy por hoy, hay pocos.
Pensando en la situación, recordé un día que llevé a mi hijo a un espectáculo teatral. Al final la obra, los actores permitieron que los niños les fuesen a saludar y tocar algunas cosas que habían utilizado durante el show. Como #MiniMoi es muy pequeñín, solo tiene un año, esperé a que la fila disminuyera, porque aun no lo entiende y se fastidia. Entre tantas, una amiga que nos acompañaba, me dijo, "dámelo, yo lo llevo", y se fue con mi hijo y los suyos, me quedé observando y vi que no se incorporaba a la fila, en ese me hace una seña y me dice "mejor me voy a colar"...
Debo respirar antes de seguir, y decir "por Dios, que te estas colando a otros niños", aunque sean adultos, no está bien colarse. Mi esposo y yo nos miramos sin dar crédito y nos enfadamos, y #PapáGenial se fue a buscar al peque, porque, puede que aun no entienda que estaba pasando, pero nosotros si, y lo que estaba haciendo esta chica, no estaba bien. Afortunadamente la señora que estaba detrás no fue tonta y retomó su sitio, cuando mi amiga finalmente se situó de última en la fila, como debió hacer desde un principio y no porque no le quedaba otra, dejamos que nuestro hijo se reincorporara a la fila.
Lo pasé mal. me indignó, sobre todo, porque en ese momento se estaba enseñando un comportamiento erróneo a nuestros hijos. Tal vez a ella no le importe, pero a mi sí, y no creo en la filosofía del mas vivo, porque lamentablemente, España, como muchos otros países latinos, estamos sumergidos en una corrupción incesante, justamente por "creer ser mas listos que los demás", cuando en verdad, actitudes como esta, generan desprecio, dan lástima, y el que lo aplaude, es tan miserable como el que perpetra la acción, y estas actitudes nos afectan a todos.
Me pasó algo similar, el día que fuimos a ver la obra "Sacrilegio", un colchón hinchable en el que podían saltar 100 personas durante diez minutos, simulando a Stonehenge. De repente la fila no avanzó mas, y pasamos mas de dos horas, para que el peque se subiera diez minutos. En eso, llega una señora que conocía a la familia que estaba unos cinco puestos detrás de nosotros, y entendimos por qué la fila no avanzaba. La mujer en cuestión le contaba que sus tres peques se habían conseguido a amigos del cole y vecinos, distribuidos a lo largo de la cola, y ella venia a hablar con los que estaban detrás para hacer la misma alianza, es decir, los niños buscaban a conocidos, y todos se iban colando en el turno del otro: "así se montaban mas de una vez, es que hacer una cola por diez minutos"...Claro, porque el resto estábamos allí pagados por el gobierno. Todos estábamos en la misma situación, todos hacíamos la cola con nuestros hijos. Habrá quien diga, "que buena idea", si claro, para ti que no tienes vergüenza, porque la alianza de los niños, llegó a tener unos 25 niños, que se colaron sistemáticamente unas 9 veces, porque habían familias con mas de un niño, evidentemente ¿cómo iba a avanzar la cola?.
No señora, si usted quiere que su hijo se suba mil veces a la atracción, mientras el niño se sube a la atracción, usted se va al ultimo sitio y comienza a hacerla de nuevo, porque lo que está haciendo se llama colarse, y nuevamente usted, no le está enseñando a sus hijos el valor de la honestidad, ni de la integridad, ni del respeto, le está enseñando, que las cosas se pueden conseguir por lo fácil, porque siempre habrá un tonto que acceda a sus deseos. Supongo que la familia, que estaba detrás no lo vió tan bien, como esta cara dura, y le dijo que no, que ellos esperarían su turno, mi disgusto se atenuó, pero me molestaba que habían alrededor de 9 familias que pensaban como esta mujer, tal vez habría mas haciendo lo mismo, porque a juzgar por la distancia que había desde donde estábamos a donde comenzaba el circuito de entrada, habían muchos mas colándose.
La misma situación la ves entre adultos, claro, muchos serán padres como los anteriores, por ejemplo, cuando voy a Madrid y utilizo la conexión de la M-50 con la M-40, en esa intersección, verás todas las mañanas dos cosas, un atasco interminable en la conexión con la M-40, y el carril contiguo parece un estacionamiento en doble fila, y por supuesto todos los días no te salvas de tener que esquivar un choque, he visto de hasta nueve vehículos, porque el listo de turno se fue a meter en la intersección y el que estaba honestamente haciendo su fila aceleró porque le tocaba. Todos los días lo mismo, y lo máximo que hace la guardia civil cuando está es detener a los que están legal y oportunamente en su carril para dejar pasar a los "listos" que tratan de colarse y que por supuesto, estan a punto de causar múltiples accidentes, tantos a los del carril de entrada como a la gente que viene en el carril contiguo, y lo menos que se espera es un atajo de coches "estacionados" esperando a colarse. Evidentemente es una situación socialmente aceptada, tolerada, y hasta aplaudida, que se pudo haber evitado con un: "hij@ eso está mal, nos afecta a todos, hoy te cuelas, mañana provocas un accidente y dejas a una familia lesionada, hijos sin padres, personas invalidas". ¿Es muy dificil explicarle a los hijo que nuestras acciones tienen consecuencias?.
Todo esto, me lleva a recordar a un amigo que se fue a trabajar a Alemania. allí, llegaba todos los días y aparcaba su coche muy cerca de la entrada, "porque esos puestos siempre estaban libres". Un día vio llegar a uno de sus compañeros de trabajo y le dice: "¿qué pasa has venido andando?, - No, he traído mi coche pero aparco por aquella zona. -¿Y por qué, no seas tonto, si has llegado temprano puedes aparcar aquí cerca?, - La respuesta de su compañero, lo dejó desarmado, le dijo que justamente él, como otras personas que podían llegar temprano, aparcaban mas lejos, porque tenían tiempo de caminar hasta la oficina y no sobrepasaban la hora de entrada, con esto, le dejaban la facilidad al que llegaba tarde, de poder aparcar cerca y no retrasar aun mas su entrada al edificio.
Aquí un listo pensaría, bueno, entonces me voy todos los días tarde y aparco cerca, porque total, siempre habrá sitio. Pues no, esa es la mentalidad errónea, lo correcto, es hacer lo que hace el resto, porque ¿a quién le gusta llegar tarde a su trabajo?, probablemente tuviste que ir al médico, pasaste mala noche, el bebé se vomitó en tu camisa antes de salir, el peque te llenó el pantalón con la papilla y tienen una reunión a las 8:00 y tuviste que cambiarte, se te accidentó el coche, te quedaste dormido, cualquier cosa, que no se haga costumbre, pero que nos puede pasar porque somos humanos, y ¿que mejor forma de ser solidarios y hacer de este mundo mejor, que dejar de pensar en nuestro beneficio y colaborar con los demás?. Cada vez que cuento esta anécdota, pienso como Charles de Gaulle: "Cada vez que conozco mas a los humanos quiero mas a mi perro", porque las respuestas son para pegarse un tiro.
Pero como aun tengo fe en la humanidad, sé que hay y aun conozco gente honesta y quiero que mis hijos lo sean tambien, educaré y me esforzaré en la transmisión de valores durante la educación de mis hijos, porque no quiero que sean los listos de turno, quiero que sean personas íntegras, y creo honestamente que si empezamos a hacer las cosas bien, algún dia todos lo haremos bien, o al menos la mayoría, que hay esperanza siempre que se quiera ser mejor, porque, Independientemente de que los valores puedan y deban ser reforzados en la escuela, la sociedad contribuya a enaltecerlos, y los gobiernos deban trabajar para honrarlos y mantenerlos vigentes en la sociedad, es innegable que los valores se enseñan en casa. No podemos dejar en manos de desconocidos la base social y espiritual de nuestros hijos, los valores se enseña en casa.