Tú que no duermes, que tus ojeras forman parte de tu encanto, tú que tienes la espalda dolorida de tanto agacharte y que incluso crees que te está empezando a salir chepa, tú que tienes los pezones ensangrentados y aun así sigues con la lactancia materna, tú que tienes que levantarte a preparar biberones tropecientas veces en la noche y llevar siempre encima todos los utensilios para alimentar a tu bebé.
Tú que deseas a las 8 de la tarde encontrar un botón para apagarlo todo y poderte acurrucar en los brazos de morfeo pero te das cuenta de que aún te queda un buen zafarrancho de combate con los baños y las cenas, tú que llevas siempre manchas en la ropa, que a veces hueles hasta mal por los efluvios de tus pequeños corazones, tú que vas corriendo a todas partes, tú que te miras al espejo y te recuerdas a Frida Kahlo.
Tú que tienes la casa llena de juguetes por el suelo y que muchos días las pelusas corren por el pasillo como la sorrasca en el desierto, tú que sin querer te sorprendes tarareando canciones del cantajuegos y a veces hasta bailándolas en tus momentos de desconexión, tú que tienes la gripe pero consigues sacar fuerzas (a veces incluso superpoderes) para seguir con el intenso día a día.
Tú que te vuelcas en la educación de tus pequeños amores, que te has reencontrado con tu imaginación, que eres experta en hacerles felices, que hasta el mismísimo Job perdería contigo en un concurso de paciencia, tú que sabes lo que es la multitarea y que vas camino de adquirir la maestría en este campo.
Tú que eres la reina del táper, que te crees salida del mismísimo masterchef cuando sientes tus platos tan cotizados, tú que sabes lo que son las largas horas de la noche esperando que suene la puerta de la calle, tú que has sido cómplice de secretos.
Tú que has reído como nunca por esos amores, que has llorado por ellos, que has sido su humorista particular y a la vez has sido tan temida como la señorita Rottenmeier.
No es que te merezcas un día, te mereces todos los días, mereces que se te valore, que se te quiera que se te admire, que se te ame. Porque madres hay muchas pero para nuestros hijos solo hay una y esa Madre eres tú.
Feliz día a todas las madres (ojerosas y cansadas muchas veces pero bellas y únicas).
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