Foto: http://www.valentinorossi.com/
Estimado Valentino,si, tú, el motorista. El diseñador no, tú, tú. Desde que el domingo vi tu "hazaña" no he podido reprimir mis ganas de dedicarte unas palabras aunque, bien sabes, que no te las mereces. No se si has olvidado lo que significa ser un deportista profesional de un deporte de moda. Lo mismo nunca te lo han contado. Pero para eso estoy yo, para contártelo. Ya sé que suena chulo, prepotente y soberbio, pero hijo, hoy me sale así.
Tienes la enorme suerte de vivir, y muy bien, de tu hobby. Lo que a cualquier ciudadano de a pie le cuesta dinero, a ti te lo da, Mi vecino, sin ir más lejos, está pagando su moto desde no se sabe cuando, y solo la disfruta una hora a la semana. Y se levanta todos los días a las 6 para trabajar como si no hubiera un mañana, por un sueldo normalito que le permite vivir, sin más, y pagar su moto. Tú, sin embargo, gozas en cada entreno. Te miman, te cuidan, tienes un séquito a tu alrededor que está para complacerte... Y tú solo tienes que montar en moto y ganar. Ganar trofeos y dinero. Porque Valentino, eso creo que lo tienes muy presente. Esas pegatinas que adornan tu moto, tu casco, tu mono no están colocadas al azar. Son marcas que confían su imagen en ti, en el ídolo de masas y en el deporte de moda. Y te reitero lo del deporte de moda porque de haber triunfado en otro deporte, como el atletismo, ibas a saber lo que es sudar la camiseta para conseguir un patrocinio.
Con lo fácil que era todo, hasta que la fastidiaste el domingo. De héroe a villano en décimas de segundo. Y un momento de rabia e ira lo puede tener cualquiera. Pero después debe haber un perdón. ¿Te acuerdas de nuestro rey? Tan sencillo como decir: “Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir” Pero no, no se te ha ocurrido.
Te decía que te iba a recordar lo que significa ser un deportista profesional. Yo tengo la suerte de ser la hija de uno. No tan famoso como tú, ni tan ídolo de masas, ni rico (era de atletismo). Pero por encima de todo era, y es, un deportista. Y ello conlleva seguir una vida pública impecable porque eres el ejemplo para muchos, sobre todo niños y jóvenes y, por cierto, las marcas te pagan por ello. ¡Qué feo lo que has hecho! Yo, de ser una de tus marcas, ya te habría rescindido el contrato.
Y luego está el espíritu motero. ¡Qué gran farsa! Mucho hermanamiento, mucho saludito por la carretera y luego por detrás puñaladas. Muy feo, señor Rossi.
Tienes tiempo de presentarte en Valencia como lo que eras hasta el domingo. Un ídolo, un rey, the doctor. Solo tienes que ir con tu moto, tu casco y una mochila de humildad. Salir desde la posición que te digan y antes de arrancar tu moto decirle a Marc, "perdón". Entonces volverá el mito.
Atentamente;
Una madre preocupada de la sociedad que estamos dejando a nuestro hijos
¡¡FELIZ MARTES!!