Mis hijos son de los que van a un restaurante y cada uno se come su propio plato (si, hasta el Sebas de un año, ¡y no del menú de niños!) y las personas se asombran de verles comer siempre.
Isabela bebé comiendo brócoli
Una de las preguntas que más recibo es cómo iniciar la alimentación complementaria y cómo logro que mis hijos coman tan bien. Vengo tiempo pensando en este post y lo estaba guardando para cuando Felipe empiece a comer pero me voy a adelantar porque me lo piden mucho.
Tantas veces escucho de mamás desesperadas que han hecho BLW con sus hijos y después, más o menos al año y medio, resulta que sus hijos se volvieron quisquillosos y no quieren comer nada. Que frustración, ¡pero si comía todo! Culpan a los dientes, a la edad, a que ya se le pasará. Pero no va a pasar. Porque utilizar el método de BLW no es suficiente para criar niños que coman bien siempre.
Hay principios importantes que considerar al comenzar la alimentación complementaria, hacer BLW no basta ni es una forma automática de criar niños que comen bien. Les cuento entonces cuales son nuestros principios importantes al momento de comer.
La alimentación es una actividad que se hace juntos en familia
Esto es importante para generar una asociación positiva para los niños con la alimentación. La mayoría de comidas las comemos todos juntos en familia, es una actividad en donde nos sentamos todos en la mesa, no comemos fuera de la mesa, comemos juntos y conversamos. A veces también ponemos música de fondo y esto genera una asociación positiva, que la hora de comer es agradable y que comer es algo lindo.
Sebas (izq) e Isabela disfrutando de la hora de comer
BLW es el método necesario para iniciar la alimentación, y ellos deben comer siempre solos
Esto es cierto. Pero tiene una razón de ser. Va más allá del BLW. Si nuestra familia comiese papillas todos los días, papillas sería el método para empezar la alimentación. Y aquí viene la clave más importante de la alimentación: desde los seis meses los bebés empiezan a comer TODO lo que comemos todos en la casa y fuera de casa.
¿No me creen? TODO- Isabela (izq) comiendo pata de pollo y Sebastián comiendo costillas
Tienen que además hacer BLW porque es importante que sean ellos los que se alimentan solitos. Primero con las manos y siempre desde los seis meses se acompaña con una cuchara que ellos mismos por imitación alrededor de los nueve meses empiezan a usar. Esto es biológicamente importante para los niños por una razón. Si somos nosotros los que les damos de comer en la boca, su estomago se llena de manera diferente a que si son ellos los que comen solos. Todas las personas tenemos nuestro ritmo al comer y será muy difícil que la persona que está dando de comer al bebé coincida con el ritmo que ellos tienen. Los bebés se alimentan a ellos mismos y con eso logramos que ellos aprendan su propio ritmo para que así puedan reconocer cuando están llenos y cuanto necesitan comer. Esto no solamente es importante para que coman bien sino que evita también futuros problemas con la obesidad.
Nunca se cocina nada aparte ni se lleva comida aparte para ellos
Cumplen seis meses mis bebés (y claro revisando que cumplan los otros requisitos necesarios para empezar la alimentación complementaria como por ejemplo poder sentarse solos sin apoyo) y empiezo a servirles TODO, TODO, TODO lo que comemos en casa.
Como se ve un almuerzo en casa. Esto cuando
Sebastián tenía seis meses e Isabela 3 años.
Pero los bebés no pueden comer todo lo que nosotros comemos, me dirán. Pero esto es falso. Lo único que no pueden los bebés comer antes del año es: miel de abeja (por riesgo de botulismo) y cosas demasiado condimentadas (esto hasta los nueve meses porque su hígado aún no asimila bien la sal y condimentos). Para las cosas condimentadas nada más les separo antes de condimentar lo mismo que estamos comiendo todos y entonces igual están comiendo lo mismo que todos, como pueden ver en la foto las papás en el plato de Sebastián no están igual de condimentadas.
Me dirán: pero hay que esperar tres días después de introducir un nuevo alimento para introducir otro, por riesgo de alergia. Esto también es falso y ya no se aconseja. ¿Por qué? Porque las alergias no son blanco y negro y pueden aparecen en la primera exposición, en la quinta, o en la número mil.
Siguiendo con el tema de alergias también antes se recomendaba que a los niños con riesgo de alergias (como los míos, ¡ya saben!) se debe retrasar la introducción de alergenos. Ahora ya no es la recomendación, más bien los estudios nuevos muestran que la introducción temprana puede ayudar a evitar la alergia. Entonces, sin miedo, les doy todo lo que comemos en casa.
Este es el punto más importante de todo el artículo y tiene una razón de ser muy importante. Imagínense ustedes que viven en una casa donde siempre se les ha dado de comer algo totalmente diferente que al resto de personas en la casa. De repente, un día de la nada empiezan a darles la misma comida que todos y esperan que ustedes coman ahora igual. ¿Pero por qué?, se preguntarán. Les cambiarían el esquema al que han estado acostumbrados toda su vida y seguro no van a querer comer. Esto mismo les pasa a los bebés y a los niños. Se les da de comer diferente (sea papillas o BLW, porque el BLW no sirve si se cocina aparte para ellos), se cocina aparte para ellos, y de repente un día esperamos que ellos coman lo mismo que nosotros. Eso no va a pasar, les cuesta mucho, mucho más a unos que a otros.
Tampoco se lleva comida aparte para ellos, ellos pueden comer todo lo que nosotros comemos cuando salimos o nos vamos de viaje. Sí, desde los seis meses. Nunca, nunca me verán con un táper de sopa o de comida para bebé.
Se sirve todo, siempre, se come con ellos en familia y ellos comerán.
Ligado al punto anterior, esta es la clave de crear buenos hábitos alimenticios. No se cocina en mi casa nunca nada aparte ni diferente para los bebés ni los niños. Si no les gusta lo que hay, no importa, se les sirve todo. Cuando ya son grandes les indico que no tienen que comer si no les gusta, pero si probar, y si lo hacen. Los niños comen lo que todos comemos. Para darles un ejemplo de esto: a Isabela se le sirvió siempre ensalada, siempre dejó a un lado la lechuga hasta que un día a los cuatro años se la comió y desde entonces siempre se come la ensalada. Incluso a la edad de Sebastián esto funciona, cuando empezó a comer nunca topaba el brócoli y de tanto verlo en su plato un día lo cogió y lo empezó a comer.
¡Les prometo que comerán!
Los gustos también cambian y por eso es importante servirles todo aunque no les guste. A Isabela, por ejemplo, no le gusta el huevo, ha probado muchas veces de distintas maneras pero no le gusta. No importa, ella ya sabe que cuando hay huevo se le va a servir en su plato y no tiene que comer pero si probar. Ella prueba, aún no le gusta, seguramente algún día le gustará o tal vez no, pero esta regla es importante para que ellos aprendan siempre a probar todo.
Nunca se negocia ni se obliga a comer nada
Esto va ligado con el punto anterior, se sirve todo, pero no se negocia bocados ni se obliga a comer nada. La idea es crear un ambiente siempre positivo al rededor de la comida. Comemos todos juntos en familia, es una actividad que se disfruta para todos y por esa razón nunca se obliga ni se negocia a comer nada.
Los niños entienden que comer es algo agradable, cogen el gusto a la comida como una actividad más que se comparte en familia y si lo hacemos así les aseguro que no es necesario negociar ni obligar porque ellos comen bien solitos.
¡A veces hasta se lamen el plato!
Esto también implica que si algún día o incluso algunos días no quieren almorzar o comer bien, ni un bocado, no hay problema. No se obliga a comer. Les prometo que ellos con este método van a comer tan bien que no va a pasar nada si se saltan una comida o si no comen bien el fin de semana. No van a tener esta necesidad de negociar ni de obligar.
No vemos tele ni jugamos cuando comemos
Ligado a que comemos todos juntos en familia, no vemos tele ni tenemos juguetes a la hora de comer. La razón es que al tener distracciones no estamos en sintonía con nuestro cuerpo y cuanto necesitamos comer, no comemos a nuestro ritmo y no aprendemos a determinar cuanto necesitamos comer para llenarnos.
Muchas veces veo que les pones juguetes o el Ipad o la tele como distracción a los niños como incentivo a comer y considero que esto es lo peor que podemos hacer. Para aprender a regular nuestro apetito tenemos que concentrarnos en comer y nada más.
Antes del año los sólidos no son el alimento principal del bebé
Esto es importante entender para poder aplicar este método. Muchas veces he oído cosas como “Si le dejo que coma estilo BLW pero no come nada entonces le remato yo la papilla con la cuchara”.
Esto es totalmente innecesario. Antes del año el alimento principal del bebé es la leche- sea leche materna o fórmula. Un bebé en podría tranquilamente tomar solo leche materna o fórmula sin probar bocado de sólidos hasta el año sin ningún problema. La leche tiene todos los nutrientes que necesitan los bebés antes del año.
Es por esta razón que cuando empezamos la alimentación complementaria no necesitamos que el bebé coma mucho, realmente no pasa nada si incluso no come nada. No hace falta entonces si le damos los alimentos y no quiere comer rematarle con papilla. Le hacemos un daño (por el tema de aprender a regular su apetito que les comenté anteriormente).
Entendiendo entonces esto, ¿para qué les damos sólidos antes del año?. Los sólidos antes del año son esenciales justamente para que el bebé aprenda a comer, aprenda a comer sólidos que después del año serán su alimento principal. Entonces si cuando comenzamos a los seis meses el bebé no come nada, no tenemos que preocuparnos, tenemos seis meses más para que el bebé aprenda a comer solito. Seguimos sirviendo, comiendo juntos en familia, y les prometo que el bebé va a aprender a comer solito y llegará al año listo para dejar a un lado la leche y que su alimento principal se vuelvan los sólidos.
Después del año la leche debe ser limitada
Siguiendo este hilo de pensamiento, ya cuando los bebés cumplen un año su necesidad de leche- sea leche materna, fórmula o leche de vaca, se transforma completamente. Se vuelve en una necesidad de alimentos ricos en calcio.
¿Me creen si les digo que un bebé desde el año puede dejar completamente la leche? Esto es cierto. La necesidad nutricional después del año es de calcio- su equivalente en leche es a dos vasos al día, o dos lactadas diarias. Si no quiere tomar más leche no es ningún problema, se puede reemplazar con alimentos con lácteos (como queso, yogurt, etc) o incluso con alimentos ricos en calcio no lácteos.
Para los bebés que toman fórmula, la fórmula se vuelve totalmente innecesaria y más aún se vuelve un producto que esta lleno de preservantes e ingredientes químicos que no necesitamos tener en la dieta del bebé. Desde el año podemos cambiar la fórmula por leche, alimentos lácteos o alimentos no lácteos ricos en calcio.
Para los bebés que lactan, la leche materna tiene todo el calcio que necesitan y podemos continuar la lactancia sin problema, solo necesitamos dos lactadas al día porque ese sería el equivalente en calcio necesario.
¿Por qué es necesario limitar la cantidad de leche? Muchas amigas me dicen “mi hijo nunca tiene hambre y no quiere comer nada!”. Cuando les pregunto cuanta leche toman al día suelen decirme que entre 4-5 biberones de leche o sesiones de lactancia diarios. Entonces, obviamente el bebé no va a tener interés en la comida porque está lleno. Se está llenando de leche y no tiene hambre. Esto es un problema muy grave porque después del año la leche no es suficiente alimento para los bebés, después del año el alimento principal de los bebés deben ser los sólidos. Entonces un bebé que está obteniendo su nutrición únicamente de leche (sea leche de vaca, fórmula o leche materna) u otra bebida como coladas no está obteniendo una nutrición completa.
Si seguimos estos lineamientos y entendemos estos principios de la nutrición de nuestros hijos y lo que necesitan por edad, les prometo que sus hijos van a comer bien. Lo más importante es servir todo, siempre, comer con ellos en familia y ellos comerán. Hacer de la comida una actividad que disfrutamos todo es familia y no una obligación, comer juntos siempre, probar todos nuevas cosas. Estas son las formas en las que fomentamos verdaderamente buenos hábitos alimenticios en nuestros hijos.