Así que sin dudarlo mucho lo cortamos. Pero a mi me encantaba la forma que hacía su raíz, parecía una jardinera, y me imaginaba poner unas flores o algo así.
Después de cortarlo esta cabecita mía no paraba de maquinar ideas....Y un día, sin previo aviso me dio por ponerme a pintarlo. Era muy triste ver ese tronco feo ahí plantado (nunca mejor dicho). Cogí dos botes de pintura que tenía de otra vez y fui haciendo un degradado. Quiero llenar mi casa de color y alegría!!!
Y este fue el resultado!! Un árbol violeta que a nadie deja indiferente: o lo amas o lo odias. ¿Y a tí? ¿Te gustaría pintar un árbol?