Me sentí superlista, ¡Ala!, a matar dos pájaros de un tiro, supermadre y superama de casa. ¡¡Yo si que me organizo bien!!.
Pero la decepción llegó pronto... las pinturas ni pintaban bien con el agua (son... raras), ni les hicieron tanta ilusión cuando vieron que era difícil de pintar, ni me ahorraron trabajo a posteriori.
Y lo peor es que les dí la idea de pintar por el baño, y lo hicieron como mejor les salió; fuera del agua. O sea, que la regla de que la estimulación intelectual de una actividad infantil es directamente proporcional a la suciedad que genera, sigue intacta. Si es que no podemos luchar contra las matemáticas.
Niñas 1 - Mamá 0 (jejeje)