Todo apunta a que hay que elegir. Todo no puede ser. O eres una excelente madre, o excelente como mujer o brillante en tu trabajo. Decantarse por una u otra te define como persona en la sociedad y te encasilla, despertando opiniones a favor o en contra. Y digo yo, ¿tengo que elegir? ¿No puedo serlo todo? La conciliación, la realización personal, los mejores años de mis hijos... Por qué tenemos que elegir?
"Son unos años malos" dicen por ahí. "Cuando sean mayores tus hijos ya tendrás tiempo para ti". ¿Pero esto qué es? Con 15 años a nadie le dicen "o estudias o tienes amigos, todo no puede ser", o "son unos años malos, ya tendrás amigos cuando termines tus estudios". Tampoco a nadie que empieza a trabajar le dicen "son unos años malos, ya tendrás tiempo de vivir cuando te jubiles". ¿Te imaginas? Pues con la maternidad no tiene que ser diferente.
No es una etapa de la vida porque una vez que tienes hijos serás madre para siempre. Es una parte más de tu vida, no una sustituta de tu vida. Es cierto que te atrapa, corriendo el riesgo de olvidarte de ti misma. Muchas hemos vivido así, algunas, demasiado tiempo. Pero no porque tenga que ser así sino porque nosotras, ellos y la sociedad en general hemos asumido como cierto algo que no lo es en absoluto.
La maternidad hay que incorporarla como una parcela más de nuestro día a día. Desde luego esto implica reducir tiempos en otras áreas, pero no eliminarlas, y mucho menos en lo relativo a nuestro desarrollo personal. Sentirte bien contigo misma es esencial para poder desarrollarte en todo lo demás, es la base de todo lo que construyes a tu alrededor. Las relaciones con los demás, tu trabajo, tu vida en general se sustenta sobre lo que eres. Y si no dedicas tiempo a descubrir lo que quieres ser, puedes estar construyendo algo que no quieres...
Y vuelvo a encontrarme en el punto de partida, madre, mujer, trabajadora... Qué papel elegimos? Tenemos que elegir? Se puede destacar en todo? Necesitamos destacar en algo para sentirnos satisfechas?
Qué opináis?
Feliz día!