Por desgracia, no es apoyo ni comprensión lo que reciben. Lo que reciben son gritos e insultos por salir salir a la calle con sus hijos con trastornos. Gritos e insultos que vienen por parte de vecinos desde el balcón. Vecinos que se comportan como policías en plena vigilancia. ¿Acaso esta gente sabe lo que es vivir un confinamiento con niños con autismo? ¿Saben si quiera por lo que tienen que estar pasando estas familias?
El gobierno ha decretado que estos niños pueden salir a la calle acompañados de su familia, sin embargo, esto no es suficiente para un montón de vecinos que deciden pasar la cuarentena en el balcón de sus casas insultando en vez de estar tranquilos y relajados dentro. Yo no soy especialista en el Trastorno del Espectro Autista, pero creo que esta situación insensible, intolerante e inhumana puede alterar y afectar mucho a los niños con autismo.
Es genial que todos los días a las ocho en punto de la tarde salgamos todos al balcón a aplaudir a los sanitarios y a las personas que trabajan en sectores de necesidad básica, pero, ¿dónde está la solidaridad con las familias de niños con autismo? ¿Ellos no tienen derecho a recibir el mismo apoyo y comprensión? Quizás mucha gente no entienda la situación por la que están pasando estas familias, pero si es así que no sean insultos y ofensas lo primero que digan.
Ojalá os muráis, hija de puta…
Hemos llegado al extremo de que una madre ha tenido que hacer una pancarta bajo el título el niño es autista para poder defenderse de sus vecinos. Esta madre ha tenido que aguantar cómo el vecindario iba mucho más allá de los insultos. ¿Cómo puede decir una persona ojalá os muráis, hija de puta a otra? ¿En qué clase de mundo sin respeto ni tolerancia estamos viviendo?Es cierto que muchísimas personas se están volcando con gestos de solidaridad en estos desagradables tiempos de cuarentena, pero también hay muchísima que está dejando ver su peor cara. No me quiero imaginar cómo se tuvo que sentir la madre de la que os hablaba antes al escuchar todo un sin fin de insultos hacia ella y su hijo por parte de vecinos que ni siquiera se ponen en su piel.
Lo peor de todo es que de todos los vecinos que vieron la pancarta, solo dos se disculparon al saberlo. ¡Solo dos! Es decir, un montón de vecinos que hirieron a esta madre y a su hijo ya siendo conscientes de la realidad y solo dos le pidieron perdón. Es estupendo saber que hay muchísima gente buena en el mundo, pero también me destroza conocer que hay otra que ni siquiera debería llamarse ser humano.
A esta madre no le quedó más remedio que etiquetar a su hijo para que el vecindario supiera que no bajaba a la calle por gusto ni placer. Que ella lo hacía por necesidad y extremando todas las precauciones que le habían dicho los profesionales médicos que tratan al niño. Porque si su hijo llegaba a alterarse mucho dentro de casa podía autolesionarse y agravarse más la crisis.
Campaña contra los insultos a los niños con autismo
¿Os habéis dado cuenta de que se está llevando una campaña de concienciación por algo que debería ser básico? El respeto, la tolerancia y la comprensión deberían estar presentes SIEMPRE en nuestro día a día. Como ser humano, me duele muchísimo tener que llegar a hacer una campaña contra los insultos a las familias y niños con autismo y pedir empatía y comprensión para ellos. La empatía y el respeto debería ser innato, sin campañas ni pancartas.Desde mi humilde blog me gustaría pedir que se pensara un poquito más antes de hablar. No conocemos las situaciones de todo el mundo. No nos convirtamos en personas horribles que insultan a familias y niños sin ningún motivo y sin vivir su realidad. Hay que centrarnos en ayudarnos, apoyarnos y sobre todo en comprendernos unos a otros. Ya bastante tenemos con el virus como para poner las cosas más complicadas entre nosotros.