Está claro que en algo nos estamos equivocando los padres del siglo XXI. Como niña del siglo XX no recuerdo algún caso así en mi entorno. Puede ser que me criara entre algodones y no me llegara este tipo de información. Pero no lo creo.
Actualmente vivimos en una sociedad en la que los niños tienen el pelo corto y la mano larga. O por lo menos a mi me lo parece. ¿Y cuál es el origen de esta tendencia? ¿Una super protección de los padres? ¿Dejadez por parte de los colegios? ¿una sociedad en la que impera la ley de la selva en la que el que sea más fuerte será el rey? ¿debemos inculcar a nuestros hijos que si les pegan que devuelvan? Complicado el tema.
Cuantas veces hemos oído que nosotros, los padres, somos un ejemplo de conducta para nuestros hijos y somos el espejo en el que nuestros hijos se miran. Y aún sabiéndolo es muy normal en nosotros insultar y pitar al coche de delante cuanto te la cuela, increpar al Messi o Ronaldo de turno o enfadarte, y mucho, por cualquier cosa que en un estado más sereno te parece una tontería. Es posible que en el vertiginoso ritmo de vida que llevamos tengamos implícito un halo de agresividad que nosotros no percibimos pero los pequeños si.
La situación es realmente seria y, si queremos que nuestros hijos vivan en una sociedad mejor, creo que deberíamos hacer examen de conciencia y ver si de verdad estamos haciendo todo lo que está en nuestra mano para que así sea. Yo, desde ya, os digo que tengo tantas cosas que corregir que me da hasta miedo. Así que esta semana me marco como propósito hacer ese ejercicio que me va a permitir mejorar como persona y madre para en definitiva construir un futuro mejor para nuestros hijos.
¡¡FELIZ LUNES!!