Escuché hace unos días: “El ego es un ignorante. Cree que lo debe tener todo y esta equivocado.” Cuándo pienso en las veces que quise retomar mis escritos, me detengo a analizar por qué dejé de lado algo que me gusta tanto. La verdad es que a la conclusión que llego es sencilla: El maestro llega cuando el alumno está preparado. Y yo no estaba preparada para continuar.
Ha sido un año de interesantes circunstancias. Emprendí negocio, lo dejé, y volvi a buscar empleo, y lo dejé por mi paz y mi salud mental y retomé mi emprendimiento. Parece inestabilidad, pero no es así.
Llegué a un grado tan elevado de aprendizaje, autodescubrimiento, resiliencia, tolerancia, fe, entre otras tantas palabras, que la verdad es que no me arrepiento de nada de lo sucedido. Redescubrí que Dios está en mi, conmigo, dónde quiera que voy y dónde quiera que estoy. Me aferré tan fuerte a mi Biblia que fue lo único que fue verdaderamente mío. Y conseguí paz mental a toda costa. Sané heridas emocionales y cambié la perspectiva del observador en mi.
Asistí a todo tipo de eventos para conectar cuerpo, mente y espíritu. Muchas puertas se abrieron y la verdad es que siento gran satisfacción por mis descubrimientos.
Ayudé a personas desinteresadamente y eso ha traido sus frutos. Reconocí lo que es verdaderamente importante en mi vida y descarté el afan por cambiar las actitudes que no me parecen adecuadas en los demás. Hice una frase muy mia y la digo casi todos los días: Cada quien a lo suyo. Esto hizo que dejara de responsabilizarme por las circunstancias de los demás y empezara a actuar por las mias. Todas las frases “cliché” de víctima y responsable las entendi y las abordé desde una perspectiva más elevada.
Una vez alguien me dijo: “Pon en práctica todo lo que lees. Si no lo haces, continuarás leyendo en vano”. Gracias por tu consejo.
La cereza de mi pastel 2017 la coronó el descubrimiento de la Logoterapia. Victor Frankl no sabe en lo que me ha cambiado la vida. Gracias a los que vieron en mi la capacidad para convertirme en Logoterapeuta. Apenas empiezo los estudios.
Creía, como el ego, que debía tenerlo todo. Sin embargo, el 2017 me enseñó que no es así. Mientras menos tengo más feliz soy. Mientras más abandono las posturas “que se ven bien para los demás” mejor vivo. Mientras menos me quejo más fe tengo. Ahora vivo para servir a quien lo necesite y hago cosas que a alimentan mi alma y no mi ego. Descubrí que soy feliz por mi y no por los que a mi alrededor están. A veces vives con gente infeliz cerca todo el tiempo, la pregunta es: ¿De su estado de ánimo o emoción depende tu felicidad? Si la respuesta es si, entonces debes revisar tu percepción de las circunstancias.
Procuro tener bajo control ciertas cosas. NO TODAS. Aprendí a Fluir.
El 2017 es el año del APRENDIZAJE. Me llevo conmigo el verdadero significado de las palabras: HUMILDAD Y GRATITUD
Y tú, ¿qué te llevas?
Hasta la próxima.