Entendía yo que le hacía falta algo. Creía que mi punto de vista sería tomado en cuenta. Sin embargo, no fue así.
Muchas veces en la vida estamos tan inmersos en destacar, resaltar o defender nuestros puntos de vista, que olvidamos que la vida sigue su curso aún sin nuestro consentimiento. Cuando confirmé que lo que yo quería que pasara no iba a pasar, entonces alguien me dijo: “El maestro llega cuando el alumno esta preparado. Todo en orden divino.” Gracias le doy a esa persona.
Recordé entonces que hay que dejar fluir, y hay que dejar de estar marcándole a los demás el camino que uno quiere que pisen.
Recordé que leí una frase que decía que “algo peor que estar ciego es no tener visión”.
Recordé que por más que le dices las cosas al otro, no siempre es su momento para entenderte.
Recordé que puedo ayudar hasta donde las personas se dejan ayudar. Después de ahi, solo me toca esperar a que (si tuve razón) la vida misma le enseñe la lección.
Y, después de recordar algunas cosas, simplemente solté.
La palabra del día es esa: SOLTAR.
Te deseo tanta paz hoy que te permita soltar algunas cosas que te encadenan.
Feliz sábado.