Este 2014 empezó como todo los años, con muchos propósitos y buenas intenciones pero nada definido con concreción. Pasaron los meses y sentí que quería pero algo me impedía avanzar a lo grande, paso a paso, pero a lo grande. Así que empecé por el principio, aún a sabiendas de que iba a ser DOLOROSO.
Y así fue. Doloroso. Intenso. Revelador.
Descubrí quién era de verdad y qué quería realmente y eso, no fue fácil. No fue nada fácil DESNUDARME y empezar a vestirme de nuevo, como cuando los niños aprenden a vestirse sus primeras prendas. Te sientes indefensa, sin herramientas, sin nada rutinario que te haga sentir segura.
Logré asumir que un exceso de apego es daniño porque no te deja avanzar y empecé a “desapegarme” con lo material. Fue difícil pero alentador. Y muy gratificante! Me sentí liberada y con el control sobre lo que había decidido.
Seguí trabajando pero aún me rondaban mil ideas, proyectos y novedades en la mente. Lo quería todo ya. Todo era importante, interesante y urgente. Así era imposible avanzar. Cuando se quiere todo para ya, al final no nos escuchamos y volvemos a las corrientes masificadas de la sociedad. Volvemos al rebaño, a lo que está bien y a lo que es socialmente correcto.
Empecé a escribir de nuevo. A sentir mis manos sobre el papel. A dejar que el boli transmitiera mi fluidez. Me dejé llevar por mis sentimientos y sensaciones. Sentía que me faltaba un “desapego” emocional aunque no lo tenía del todo claro.
Pero ya había entrado en CRISIS.
Los 6 primeros meses fueron de destape y lo hice sin saber muy bien a qué me enfrentaba. Analicé situaciones y afloré sentimientos muy dolorosos pero aún no era capaz de solventarlos por mi misma. Eran claros conflictos envueltos en papel delicado. No quería abrir la Caja de Pandora. Tenía MIEDO y no sabía como reconocerlo sin sentirme DÉBIL, sin demostrar esa parte de mi más FRÁGIL.
…Total, para qué?
Pero mi subconsciente me puso a prueba en agosto. Si había llegado hasta aquí, sufrir un poquito más sería simbólico. No perdía nada. Entonces, ¿seguir igual o sufrir un poquito más? Me decidí.
Y abrí la caja.
Y la ansiedad desapareció de golpe, aflorando con ella mil conflictos pasados. Tenía un puzzle incompleto! ¿En dónde dejé el resto de las piezas?
… ¿En qué momento de mi vida empecé a perderme?
Así que, contra todo pronóstico y orgullo, me senté en una silla y pedí AYUDA. Y me sentí orgullosa de las palabras que recibí al contar mi pequeña historia: “Vienes con el trabajo medio hecho. Tan solo matizar, eliminar la espina de verdad, y curar la herida.”
En ese mismo momento descubrí que todo había merecido la pena. Cerrar puertas para abrir otras es de lo más revelador!
Ya me sentía yo. Ya me sentía fuerte. Ya me sentía segura. Pero sobre todo, me sentía serena y empoderada para afrontar MI VIDA y vivir como realmente quería.
…Pero, ¿realmente no vivía como quería?
Sí vivía como quería aunque, sin saberlo, buscaba aprobaciones. Buscaba complacer. Seguía el protocolo socialmente establecido. No quería DECEPCIONAR a los que amaba. Y no era eso lo que REALMENTE ME PEDÍA MI ALMA.
.- Mi alma me pedía otra escuela, en cuyo centro conseguimos plaza.
.- Mi alma me pedía otro tipo de trabajo, cuyo proyecto verá la luz pronto,
.- Mi alma me pedía olvidar mis conflictos laborales, y este año puse fin al último juicio.
.- Mi alma me pedía el desapego material y he logrado hacer una limpieza profunda para quedarme con lo imprescindible y necesario.
.- Mi alma me pedía escribir mis deseos, y mis palabras fluyen por una libreta que sé, se convertirá en libro.
.- Mi alma me pedía ser parte de otras mujeres conciliadoras y con mis talleres y cursos aporto mi experiencia y conocimientos.
.- Mi alma me pedía desconexión y recuperé mi hábito de escuchar meditaciones guiadas.
.- Mi alma me pide tanto…y tanto sigo trabajando para, primero sentir y luego ser.
Ahora sí puedo decirte qué es lo que se siente cuando una mujer está libre de cadenas y ataduras. Y te juro que, por mucho sacrificio que suponga el camino, merece la pena pasar por ello.
Cuando quieras, te ayudo a que descubras el OLOR A LIBERTAD (personal, emocional y profesional).
Mi nuevo mail: yolandafortes@mamagolondrina.com
Que tu 2015 sea Próspero y Revelador. Te lo deseo de todo corazón.
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