Lo cierto es que siempre, antes de ser papá, había pensado que jamás sería capaz de cambiar el pañal de un bebé. La explicación a esta creencia es muy sencilla: Tengo muchos primos pequeños y recuerdo que cuando eran bebés, cuando mis tías les iban a cambiar una caca, a mí me entraban arcadas solo de olerlas. Es más, hace ya muchos años, cuando los vídeos virales se pasaban por email y no por las redes sociales, me llegó uno que me hizo reír mucho y que he sido incapaz de volver a encontrar. Era de un padre que iba a cambiar a su bebé y tenía que acabar poniéndose una bolsa en la cabeza porque no podía soportar el olor. Y yo me descojonaba al verlo. Quizás porque me veía muy reflejado en él. Aunque por aquel entonces, allá por los inicios del siglo, ni siquiera pensase todavía en convertirme en padre. Y es que los humanos somos así. Los olores de las cacas ajenas los llevamos muy mal (los de las nuestras mal que bien los toleramos). Y si encima son de un bebé, apaga y vámonos…
En fin, que luego me hice mayor, llegaron las redes sociales y un poco más tarde me enteré de que iba a convertirme en padre de Maramoto. Y desde el embarazo ya iba yo con el miedo de no ser capaz de soportar el olor de las defecaciones de mi bebé. Pero oye, luego nació, cagó y la cosa no fue tan dramática. Sus heces apenas desprendían olor, así que ya creía yo que había logrado con mis genes la perfección en lo que a deposiciones se refiere. Medio mundo se haría eco de la noticia. “¡Extra, extra! ¡La niña que caga sin olores!”. Pero no. Sólo fueron unos meses de espejismo. Justo los que tardamos en añadir a la dieta de la pequeña saltamontes la alimentación complementaria. Y nosotros que creíamos que no estaba comiendo nada… Creo que no hay mejor prueba para saber si el Baby Led Weaning está funcionando que abrir un pañal de tu bebé después de que haya hecho caca. Bueno, la verdad es que no hace falta ni desenvolver el regalo… Más allá de los tropezones hay una cosa que deja una profunda huella: el aroma a mierda.
Así que en las últimas semanas ya me he tenido que retirar disimuladamente en más de una ocasión mientras la mamá jefa cambia el pañal para evitar unas arcadas que ya me subían a ritmo vertiginoso a la altura del esófago. Sí, ha llegado el momento que tanto temía. Pero señoras y señores, ver vídeos de youtube tiene sus ventajas porque preparan a uno para futuros acontecimientos. Ya tengo mi bolsa de plástico preparada. Como buen profesional. No sé cómo reaccionará Mara al verme con ella. Pero hija, que sepas que la culpa es tuya. Con lo bien que estábamos antes con tus cacas inodoras… ¡La que has liado, pollito!
PD: ¡Hoy he entrado por primera vez en el TOP 100 del ranking de Madresfera! ¡Qué subidón! ¡Gracias a tod@s por seguir nuestras andanzas!