¿Cómo estás? ¿Ya tienes momento del día para preguntar a tus niños qué ha sido lo mejor del día? Esta semana vamos con algo sencillito, que seguramente ya haces porque en el ejercicio de los abrazos muchas lo explicaron en los comentarios......y éste es un ejercicio muy parecido.
Se trata de ver cuantas veces decimos te quiero a nuestros hijos y cuántos besos les damos.
¡Te quiero y miles de besos más!
Para mi es algo que va unido, no puedo evitarlo pero cada vez que le digo te quiero a alguno de mis hijos les doy un beso. Y cuando los abrazo también suelo darle un beso. Así que si te pasa eso y ya sabes a ciencia cierta que les dices suficientes "te quiero" y besos a tus hijos el ejercicio de hoy lo tienen chupado.
Pero quiero explicarte porque he querido escribir este capítulo dentro del taller: Porque yo, antes, no decía te quiero y creo que pueden haber algunas mamás que como yo, les cueste decir te quiero.
Yo no recuerdo a mis padres decirme te quiero ni tampoco recuerdo decírselo yo a ellos. Siempre tuve una etiqueta, la de niña tímida, poco cariñosa y poco expresiva. Hubo un día en el que decidí quitarme esa etiqueta y dejar de decir "es que a mi me cuesta decir te quiero porque soy poco cariñosa". Y decidí empezar por mis niños.
A mis niños no les decía te quiero nunca hasta hace 2 o 3 años. No se lo decía porque a "no me salía", porque eran pequeños y "un bebé no se entera"..... hasta que decidí tirar por la ventana esas frases y cambiar mis propias reglas. Así que empecé a decirles te quiero por las noches, por las mañanas, después en otros momentos, y así hasta que hoy día quizá les diga te quiero al menos unas 6 veces al día.
El decirles te quiero supuso un cambio grande en mi, pero es que además, cuando pasaron los meses, ellos empezaron a decirme te quiero a mi, primero como respuesta al mio, después salía de ellos. ¡Fue y es algo maravilloso!
El amor hay que demostrarlo con hecho, no solo palabras, pero no está de más decir "te quiero", ya que nuestro cerebro vuelve a actuar como "relajante" al escuchar esas palabras y sentirse querido. Y así das otro pasito más para situarte en el paradigma del amor en lugar del paradigma del miedo (en el que se vive en el odio y el enfado).
EJERCICIO Nº1:
Sin más, vamos a empezar con el ejercicio y lo haremos segmentándolo como hicimos con los abrazos:
Paso 1:
Lo primero de todo observarte. ¿Cuantos "te quiero" les dices a tus hijos? ¿Cuántos besos les das?
Aunque ya lo hicieras con los abrazos, creo que es buen momento en el taller para bajar el ritmo, echar el freno y volver a observarte, volver a conectar contigo misma. Si quieres, ¿que tal repasar cuantos abrazos estás dando ahora?
Paso 2:
¿Cuántos "te quiero" y besos quieres decir y dar? Cómo en los abrazos, tú decides. Si te cuesta decirlos empieza poco a poco, en los momentos que para ti puedan resultar más fáciles de decir.
Paso 3:
Explícales a tus niñ@s por qué vas a decirles más que los quieres a partir de ahora (y también porque les darás, o les das, más besos).
Por ejemplo, una manera de crear un juego divertido para ellos es crear una señal que signifique "te quiero" para decíroslo en los momentos en que estéis lejos o con mucha gente. Proponed ideas entre todos: tirarse de la oreja, hacer una señal con un dedo, guiñar un ojo.... y explícales que si un día estáis en una comida con mucha gente ( me lo invento por poner un ejemplo) si os hacéis esa señal será como deciros "te quiero".
Estoy segura que a los más mayores les encantará, y a los que empiezan a acercarse a la adolescencia más aún.
Paso 4:
A ponerlo en práctica. Como con los abrazos al principio puede que tengas que esforzarte para recordar decirles te quiero pero al cabo de poco tiempo no te lo quitarás de la boca... ¡Te lo aseguro!
Hasta aquí el ejercicio de hoy. Muy cortito en comparación con los otros, pero es que no hay más que añadir. Ana ha hecho una preciosa reflexión sobre el amor a que transmitimos a nuestros hijos...no dejes de leerlo en su blog mamadeverdad.
Cómo ves, para algunas personas será muy sencillo pero para otras puede ser un punto y aparte, la llave que acabe de abrir la puerta a educar sin gritar. Si quieres puedes repasar el ejercicio de los "abrazos" puesto que son iguales.
Si quieres puedes extender este ejercicio a tus familiares más cercanos, a amigos, pareja.....¡verás que bien os sienta!
¿Me ayudas a compartir? ¡Un millón de gracias!