Un entorno seguro para nuestros hijos. Eso recomendaba un papel que nos facilitaban en el cole para conseguir que el niño o se despiste tanto. Esto entre tantas recomendaciones, como no comer con la televisión encendida y cosas de estas. En principio parece que recomendar un entorno seguro, sobre todo cuando la recomendación está acompañadas en un contexto de otras muy sensatas. Pero a mi que siempre he tenido gusto por la natación a contracorriente algo me chirria del concepto "Entorno Seguro". Esta claro que no queremos que a nuestros pequeños les pasen cosas malas, tengan accidentes, pierdan una pierna en un columpio, se tiren por el balcón o se los trague el vórtice de un agujero negro. Sobre todo en la sociedad actual en la que los niños encarnan en si mismos un valor intangible que tiene que ver con las esperanzas y el futuro y el tralará.
Yo lo que creo es que lo que les tenemos que procurar es que nuestros hijos no se hagan mucho daño. Un entorno no demasiado peligroso. Un entorno excesivamente seguro, estable no aporta ningún reto ni tiene alicientes. Los niños necesitan superar retos, aprender de sus errores, caerse y aprender a levantarse. Es como se hacen autónomos, no autómatas. Cuanto más cambiante, inestable sea el universo al que se asomen los niños, mejor van a aprender a responder por si mismos a los problemas y retos que les surjan.
Yo siempre he procurado no ayudarle demasiado a subirse a los columpios, ni soy de los que acude corriendo cada vez que el niño se cae, o si discute con otro niño en el parque. Pienso que hay que intervenir poco, sólo cuando la cosa es grave. La mejor forma de saber que si se sube al patinete y no mira para adelante se va a caer, es que se caiga un par de veces. La mejor manera que tiene para aprender que los otros niños te dejan los juguetes cuando quieren y cuando no, no, es que se enfrente a la negociación sin intermediarios. Es como se trabaja la Responsabilidad.
Por desgracia, en el mundo hay niños que crecen en lugares en los que ir al cole siendo niña puede suponer que te maten, cruzar la calle para jugar al futbol con los amigos del cole es pasar por delante de francotiradores, o simple y llanamente no hay infancia, porque hay que ir a trabajar al campo o a una fábrica de ladrillos. Nosotros que tenemos internet, yo soy un gañán 2.0, y vivimos en los restos que nos están dejando de la civilización occidental, ya vivimos en entornos suficientemente seguros, no es necesario que además sean entornos aburridos. El aburrimiento, la rutina y lo predecible, son muy peligrosos, hacen a nuestros hijos cómodos, machacan su curiosidad y su capacidad de aprender. No podemos dárselo todo "mascadito y a la boca". La sobre protección no sólo no es amor, tampoco les ayuda en nada, al contrario les limita. Ahora cuando son pequeñitos es fácil modelarlos. Cuando los niños se convierten en adolescentes sin curiosidad por nada, egoístas, cómodos, rutinarios, etc., entonces llamamos a Hermano Mayor para que venga a casa el tipo del Water Polo a ver como se porta el pequeño dictador.