Las vacaciones.
Un año pensando en ellas y un mes (con suerte) para vivirlas, para disfrutarlas como se merecen, perdón, como nos merecemos nosotros.
¿Estáis ya vosotros de vacaciones?
¿Y qué tal?
¿Qué por qué la pregunta?
Pues sencillo, porque a veces idealizamos lo que no tenemos por la necesidad física y psíquica de parar, de relajarnos un poco, de romper la rutina pero eso es injusto porque aquello que se idealiza, al final nunca se ajusta a la realidad.
¿Cómo plantearnos unas vacaciones de verdad?
No es fácil, creo yo, pero quizás lo más práctico es no plantearnos unas vacaciones “Pinterest” o sea absolutamente perfectas, sino algo más accesible, algo más a mano, algo más de andar por casa, sin presiones.
Pequeños hitos en los que podamos implicarnos todos, no sé si me explico.
El concepto de vacaciones quizás no sea igual para mis hijos que para mí, es lógico pensarlo, pero somos una familia y todos tenemos que adaptarnos para que todos tengamos nuestros momentos, para que las vacaciones sean fructíferas para todos.
Para eso lo primero:
Hablarlas, planearlas, comentarlas incluso si me apuráis, implicar a los peques durante el año para que vayan ahorrando de cara a las vacaciones, para que sean algo suyo también, para que elijan planes a hacer.
Por ejemplo, os cuento, nosotros nos vamos unos días a EuroDisney estas vacaciones y para ello mis hijos han estado ahorrando durante bastante tiempo, la verdad.
Son “sus” vacaciones también, ellos quieren ir y nosotros vamos porque ellos quieren ir. Vamos a disfrutar todos y todos hemos hecho el esfuerzo de organizarnos. Es complicado que con esa implicación
El mes pasado Pilar Martínez en su Maternidad Continuum publicaba un post en esta misma línea, hablando de lo importante que son las vacaciones para todos y de lo mucho que merece la pena relajar los humores, las intenciones y los planteamientos, los ritmos y las necesidades.
Todo tiene que fluir de una forma tranquila si queremos que todos disfrutemos por igual y todos tenemos que poder encontrar nuestro momento, nuestro tiempo.
Sí, cuando viajamos en familia hay que consensuar y aunque a priori parezca complicado… si lo pensamos un poco, si reflexionamos, si nos paramos a mirarnos a los ojos, resulta que no, tampoco es tan complicado, ya lo veréis.
Hay una realidad a la que no podemos volver la cara ni siquiera en vacaciones:
“Los padres tienen que disfrutar de los niños y los niños disfrutar de la infancia. Esto no pasa si la vida es deberes, cenar, cama. Así todos los días. El tiempo pasa rápido y sin darte cuenta el niño ya no es niño.”
¿Quién dice esto? César Bona, en esta misma entrevista que merece muchísimo la pena leer detenidamente por ejemplo estas mismas vacaciones.
Podéis echarle un vistazo y aplicarlo a las vacaciones, que seguro que no nos viene mal a nadie.
Esto y también sin duda saber esperar, saber dar el tiempo necesario al resto de la familia, tener paciencia incluso con nosotros mismos. Algo que podríamos empezar a ejercer en vacaciones y después, mantenerlo durante el resto del año.
Os dejo este decálogo para precisamente eso, aprender a tener un poco más de paciencia que a fin de cuentas es ser un poco más generoso, un poco más generoso con nuestra familia y en nuestras vacaciones ¿se os ocurren dos motivos más poderosos que estos? Sinceramente, a mí no.
Y puestos a soñar… imaginemos que con todos estos “mimbres” nos montamos unas vacaciones verdaderamente espectaculares, tanto que decidimos que con unos cuantos ajustes económicos, recortando de aquí y de allá y reorganizando nuestras fuentes de ingresos (como si fuera tan sencillo…) nos vamos a dedicar a viajar todo el año, todo el año de viaje en unas vacaciones continuas como las que se plantea Jorge Sánchez,sí, me diréis que Jorge es jubilado y que claro el tema del tiempo y la economía los tiene más o menos bajo control pero… ¿quién sabe? Sería bonito ¿verdad? Pues soñemos estas vacaciones, por ejemplo…