Los beneficios de los biberones vuelven a tener importancia luego de un largo tiempo sin su existencia. Si bien, la lactancia materna es esencial durante los primeros meses de vida del bebé ya que, además de aportar todos los nutrientes necesarios para su crecimiento, refuerza los lazos afectivos entre madre e hijo. No obstante, se recomienda tener al menos un biberón en casa por si la lactancia materna debe ser interrumpida, bien sea por una enfermedad o por motivos laborales.
También suele ocurrir que la alimentación natural con pecho no sea suficiente y que se deba introducir la leche de fórmula o bien que se quiera dar al niño algún tipo de infusión entre tomas.
Es en ese momento cuando surgen los interrogantes para elegir un biberón adecuado a las necesidades del bebé entre la inmensa gama de productos que existe en el mercado. El primer requisito que se debe buscar es que el biberón que vayamos a elegir sea práctico, funcional y fácil de higienizar.
Existen dos tipos de biberones: los de policarbonato o plástico irrompible y los de vidrio termo- resistentes.
El regreso del biberón de cristal
Alejandro Carranza es el encargado de El mundo del bebé, una cadena de grandes superficies dedicadas a los más pequeños. “En los últimos años han surgido noticias sobre la presencia de Bisfenol A en determinados biberones y, aunque no está prohibido, muchas madres han preferido renunciar al plástico a favor del cristal”. Según asegura a Facilisimo.com, durante muchos años se ha evitado el cristal debido a que es muy delicado y se rompe con facilidad, no obstante, afirma que las cosas están cambiando.Los biberones de cristal son higiénicos aunque en ocasiones son difíciles de encontrar ya que no más del 5 por ciento de todos los modelos son de este material. El vidrio es un material fácil de limpiar, ya que los restos de leche no se adhieren con facilidad al carecer de poros. Son, por lo tanto, fáciles de limpiar y resisten los cambios de temperaturas.
El vidrio no absorbe los olores, no desprende sustancias perjudiciales y puede esterilizarse tanto en frío como en caliente. El único inconveniente que presentan es que son muy frágiles y se rompen en cuanto se caen al suelo, de ahí que se recomiende su uso principalmente durante los primeros meses de lactancia del bebé.
Biberones de plástico
Normalmente los biberones hechos de este material son mucho más ligeros que los de vidrio. Resisten perfectamente los cambios de temperatura, se pueden calentar y esterilizar y son irrompibles.El problema que puede surgir es que a medida que se van usando y lavando comienzan a rayarse y a absorber el color de los líquidos que contienen. Se crean porosidades donde pueden anidar las bacterias, de ahí que se aconseje su cambio cada pocos meses.
Partes del biberón
“Las madres buscan biberones que posean algún tipo de dispositivo con el que se prevengan los cólicos del lactante así como las regurgitaciones, y eso es una prioridad durante los primeros meses de vida del niño”, asegura Alejandro. Los diferentes modelos que existen en el mercado se pueden encontrar tanto en farmacias como en tiendas especializadas.Tetinas suaves: Las tetinas deben ser suaves y blandas para poder adaptarse fácilmente a la boca del bebé. Existen tipos específicos para niños con labio leporino, prematuros o con el paladar extendido. En cuanto a la forma de las tetinas de los biberones, e independientemente de los materiales, se pueden clasificar como redondeadas o de cereza, anatómicas y fisiológicas. Todas ellas se adaptan perfectamente al arco del paladar del niño.
Pueden ser de látex o de silicona. Las primeras son resistentes, de un color amarillento, blandas y muy elásticas. El inconveniente es que es necesario cambiarlas con frecuencia ya que tienden a deformarse y a absorber los olores. Las de silicona, sin embargo, no se deforman y son blandas El problema es que pueden tomar el color de los alimentos con los que entra en contacto y además pueden romperse cuando los niños tienen dientes.
Los fabricantes buscan en todo momento que la forma de la tetina sea similar a la del pezón de la madre y, además, persiguen que el flujo de leche sea constante, ni demasiado lento ni demasiado rápido. Se han estudiado válvulas especiales que regulan dicho flujo en las diferentes velocidades.
También se comercializan tetinas de tres posiciones que pueden proporcionar flujos distintos gracias al corte, ya que en función de cómo se coloque en la boca del niño, se abre dejando pasar diferentes cantidades de líquido.
Los orificios: por su parte, presentan diferentes tamaños según las necesidades del niño y los cambios que se vayan introduciendo en su alimentación. Van desde las tetinas de un orificio pequeño hasta las de dos o más orificios e incluso las de estrella, que se utilizan para las papillas densas.
Si el orificio es más grande hará que el bebé tome demasiado rápido la leche, con esto tragará mucho aire causando cólicos, se atorará o comerá de más de la cuenta causándole reflujos. Por otro lado, si el orificio es muy pequeño, al bebé le costará más trabajo succionar la leche, agotándose, no terminando su ración y tragando mucho el aire.
El mejor amigo de tu hijo
A medida que el niño va creciendo se le pueden dar tazas especiales con asas para facilitar la transición al vaso. Estas tazas tienen boquillas anatómicas, dispositivos especiales para evitar que el líquido se derrame y asas.Se desaconseja agrandar los agujeros porque es antihigiénico. Los huecos pueden tener porosidades donde se pueden alojar gérmenes. Además, las grietas harán que se desgarre cuando lave las tetinas.
Por último, los mejores y principales criterios de elección de un biberón deben centrarse en la higiene, la comodidad, la resistencia y la calidad. Lo que está en juego es parte importante del crecimiento de tu hijo, que depende en buen grado de qué tipo de leche toma y dónde la ingiere.
Agradecimientos: a Alejandro Carranza de El Mundo del bebé y a la marca de biberones Suavinex.