Llego el verano y con él el calor, los días luminosos y largos y sobretodo las vacaciones escolares. Niños en casa con muchas horas por delante, aburriéndose y peleándose. En casa no paran las discusiones, "mamá yo estaba viendo los dibujos", "mamá el hermano se ha comido mi helado",...... os podría estar poniendo ejemplos hasta mañana con tres niños en casa los escucho a menudo. Los padres nos encontramos con que las peleas en verano parecen aumentar y se pueden convertir en un factor de estrés. En lo único que piensan es en el largo verano y en cuando empieza el colegio otra vez. ¿A alguno de vosotros lectores os pasa?. Yo reconozco que la primera semana sin clase es dura hasta que nos adaptamos al ritmo del verano y se establece un horario que seguir más o menos.
Aquí os dejo unos consejos para conseguir sobrevivir o por lo menos gestionar mejor las peleas y que este verano solo te agobie el calor. Tal vez también os interese leer algunos consejos para no pelear vosotros con ellos. Es importante aprender a gestionar las peleas con vuestros hijos por vosotros y por ellos.
El mejor modelo a seguir eres tú: los niños imitan las conductas que ven en nosotros. Somos su principal modelo de conducta a seguir durante sus primeros años y más adelante seguiremos siendo un referente muy importante, aunque ellos lo nieguen o ignoren. Se honesto contigo mismo y piensa en como gestionas tú tus enfados o la frustración. ¿Qué tipo de conductas ven tus hijos?, ¿qué palabras escuchan cuando estas enfadado?. Ahora observa a tus hijos cuando pelean. ¿Qué tipo de conductas tienen (gritan, insultan, se quejan, rezonga,....?. Si es algo que haces tú proponte cambiarlo, ofreceles otro modelo más constructivo.
Enséñales a expresar sentimientos, aunque sean de enfado, sin discutir y pelear. ¿Cómo podemos conseguir esto? Con nuestro ejemplo, cuando nos enfademos con ellos expresándoles nuestros sentimientos adecuadamente. Y ¿como se hace eso? simplemente se expresan nuestros sentimientos ("estoy muy enfadado porque no me gusta que me falten al respeto") a continuación le decimos lo que vamos a hacer ("voy a calmarme y luego hablaremos"). Cuando ya estés más calmado, vuelves y hablas sobre lo ocurrido así como las decisiones que has tomado al respecto. El dejar un tiempo para calmarnos no quiere decir que aparquemos la situación, simplemente cuando la ira no hable por nosotros tratamos el tema.
Estimula y recompensa la amabilidad: implanta el uso de las "palabras mágicas", ¿cuales son esas palabras? El por favor y gracias. Pedir todo por favor y dar las gracias. Esa cortesía que se suele usar con desconocidos pero que muchas veces olvidamos con los más cercanos. Los primeros en dar ejemplo debemos ser los padres. Al principio tendrás que recordar el uso de las "palabras mágicas" que nos hacen sentir mejor pero con el tiempo se convertirá en un gesto cotidiano dentro de las relaciones familiares. Cuando descubras a tus hijos siendo amables (compartiendo sus juguetes, ayudándose,....) felicitales y señalales lo felices que esta todo la familia cuando eso es así.
Alienta la empatía: recuerda la empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de otro y compartir sus sentimientos. Cuando un niño lastima a otro o comete un error intenta no empezar a gritar, ni a echar culpas (si ya se es difícil, pero no imposible). En vez de eso vamos a centrar la atención en el niño que ha recibido el golpe o que ha sido "la victima", vamos a empatizar con él. En vez de decir "eso pasa por pelearos" lo sustituimos por "eso debe doler, vamos a hacerle mimos". Alentaremos al otro hermano a consolarlo.
Se afectivo: en las familias en las que se demuestran los sentimientos, en la que los abrazos y besos abundan y en la que no es extraño oír un "te amo" todos los días, los niños aprenden a cuidarse y respetarse y las peleas bruscas son menos habituales.
Pero y ¿qué hacemos cuando la tormenta a estallado?
Cuando la pelea ya esta en marcha y el niño es pequeño es relativamente sencillo distraer su atención poniendo el foco en otra cosa, por ejemplo algún juego o programa de la tele.
Procura no hacer de arbitro. La tendencia que tenemos todos es esa, yo misma he caído más de una vez en esa costumbre. Preguntas tipo ¿quien ha empezado?, ¿de quien es la culpa?
Decirles que confías en que pueden resolver la situación ellos solos. "Estoy segura que sois capaces de resolverlo vosotros solos, no es necesario que intervenga"
Cuando sean mayores y durante la discusión no haya agresión física abandonar la habitación y dejarlos que lo resuelvan solos. Eso si muy importante primero advertirles que vas a abandonar la habitación ya que "no es necesario que intervenga, vosotros sois capaces de solucionarlo". Eso no quiere decir que no estés atento por si el nivel sube y la agresión física hace acto de presencia. Si eso ocurre hay que pasar al siguiente punto
Cuando la situación suponga un riesgo físico separa a vuestros hijos, cada uno a su habitación o habitaciones distintas. Crear un espacio donde puedan tranquilizarse y poder resolver el problema cuando la ira desaparezca.
Tened paciencia y sed constantes. Los cambios no se producen en un día, la mayoría de veces la situación empeora antes de mejorar. También recordad que para aprender muchas veces hay que equivocarse y volveréis a viejos hábitos de vez en cuando, rectificar y seguid adelante con el objetivo marcado.Con estos consejos espero que el verano sea más llevadero. Recordad el verano es época de vacaciones, para disfrutar nadando, montando en bici, leyendo, visitando lugares y familia. Tiempo para amigos y tiempo para no hacer nada. Los niños necesitan alternativas de ocio, tener un horario flexible pero horario y el tiempo ocupado en actividades interesantes, no solo en la tv o las consolas, que también debe haber tiempo para ellas. Disfrutad de estos días de sol y luz.
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