Digo frivolidad de manera irónica, pues no me parece una frivolidad. Para mi lo importante en cada visita médica es saber que mi bebé está bien, pero es cierto que el momento de saber el sexo del bebé es muy especial, y en este caso la visita no era médica sino emocional, por el simple placer de ver a nuestro bebé y saber si será él o ella.
Conste que estuve tentada de esperar a saber el sexo en la ecografía de las 20 semanas, pero en este embarazo no somos solo mi santo y yo, hay dos personitas más presentes en él que lo están viviendo con muchísima intensidad. Esas dos personitas no hacían más que preguntarme a diario si el bebé será niño o niña, son demasiado pequeños para albergar los temores de si vendrá bien, sanito y sin complicaciones.
Así que, aunque el mejor momento en mi opinión para una ecografía en 4D es al final del segundo trimestre (entre las 26 y las 32 semanas, que es cuando está mejor formadito y se deja ver con claridad antes de estar demasiado apretado), decidimos adelantar la cita para disfrutar con ellos este momento, ya que no me parece adecuado llevarlos a la consulta del ginecólogo.
El centro elegido fue Ecodadys. La ventaja de acudir a este tipo de centro es que una consulta médica no es lugar para niños, donde no se suele permitir la entrada más que a un acompañante (en caso de la Seguridad Social), y además nadie nos garantiza que vayamos a recibir buenas noticias y no quiero pensar algo así con mis hijos presentes.
En Ecodadys estamos en un entorno agradable, fuera de la tensión de la consulta médica, ideal para disfrutar de un momento tan especial con la familia, sobre todo si acuden los niños, como es nuestro caso.
Los niños iban muy emocionados y nerviosos, estaban deseando ver al bebé y saber si era niño o niña. También nos acompañó la abuela, mi madre, no quería perderse este momento y así nos podía ayudar si los niños se alteraban más de la cuenta.
La sala de ecografías es espaciosa y cuenta con un cómodo sofá para los acompañantes, y aunque al principio mis niños se sentaron en él, en cuanto empezó la sesión corriendo se levantaron, se pusieron a mi lado, y no pude evitar darles la mano y sentirme muy unidos a ellos en ese momento.
La ecografía fue muy inquietante porque Polvoroncill@ no se dejaba ver. Pero nada, nada. Al igual que pasó con mi princesa (intentamos ecografía 4D en tres ocasiones y no hubo manera), no se ha dejado ver la cara, solo nos enseñó su coronilla y, como mucho, un poco de su perfil. De la entrepierna ni hablamos, qué trabajito costó encontrar la postura adecuada para vérsela, y es que, otra vez igual que su hermana, estaba en posición indio con las piernas cruzadas y flexionadas. Pero finalmente conseguimos que separara las piernas y nos desvelara que es...¡¡¡¡NIÑO!!!
Ni qué decir el disgusto que se llevó mi princesa. Se pasó toda la sesión coreando y tocando las palmas "¡¡bebé niña, bebé niña!!" y cuando le dije que era niño... Menudo drama, ¡pobrecita mía!. Y es que ella quería una nena y no hacía más que decir "¡otro niño noooooooooo!". Menos mal que se le pasó pronto y ahora está encantada con su hermanito (aunque si le decimos que es niña creo que le daremos la alegría de su vida).
La verdad es que yo me esperaba una niña, no os voy a engañar y lo contaba en esta entrada unas semanas atrás. No es que tuviera preferencias por un sexo u otro, pero los síntomas me recordaban más al embarazo de mi hija y, siendo práctica, me venía muy bien otra niña por aprovechar toda la ropa de la mediana, que es una pena no darle uso y tener que comprar todo nuevo..
Pero bueno, como siempre he dicho, va a a ser igual de querido sea niña o niño, y ahora estamos con en la difícil situación de elegir nombre, que para niña lo tenía clarísimo pero para niño hay ninguno que me acabe de llenar, ¡está siendo una elección difícil!.
En el tiempo que tuvimos mientras nos hacían el montaje del Pack Sensación, pudimos tranquilizar a la peque y hablarle de todo lo bueno que tiene que sea un bebé niño. Además los niños nos ayudaron a elegir las fotografías para los collages y le dedicamos una de las fotografías a ellos, para que se sientan más involucrados si cabe.
Huelga decir que ambos han paseado su foto por el colegio, emocionados, así que hacer un collage especial para ellos ha sido una idea fantástica, pues han podido compartirla con sus amiguit@s y contarles todo lo vivido.
En resumen, ha sido una ecografía muy bonita no solo por la ecografía en sí, sino por poder compartir este momento tan especial con nuestros hijos. Me quedaré con las ganas de haberla realizado en un momento en el que el bebé se vea mejor, pero todos nos alegramos mucho de haber desvelado su sexo a estas alturas y haber compartido en familia esta experiencia.