Fueron varias cosas las que aprendí y que me ayudaron a entender cómo influye el TDAH en la forma de razonar y comportarse de quien lo tiene y de igual manera, me hicieron entender un poco mejor cómo apoyar a un familiar con TDAH. Quiero compartir con uds. las 5 que me parecieron más impresionantes y útiles y que, creo yo, hemos dejado de lado en la discusión sobre el TDAH en este blog:
El cerebro del TDAH es atípico, es decir, presenta características peculiares que lo hacen distinto al resto. Por lo que aquellas técnicas, estrategias y formas que “típicamente” funciona y ayuda con la mayoría de las personas, NO funcionan con ellos. Por eso, es tan importante y necesario cambiar nuestras estrategias de enseñanza y disciplina al trabajar con un TDAH.
Una persona con TDAH NO tiene un problema de inteligencia ni de capacidad intelectual. Es más, varios estudios muestran que aquellos con el diagnóstico tienen una inteligencia promedio o superior al promedio. Por lo que tienen capacidad para aprender.
En el cerebro con TDAH se encuentran patrones típicos de crecimiento, sin embargo, presentan un desfase maduracional de aproximadamente 3 años. Este desfase promueve el uso de estrategias y toma decisiones inmaduras. Tales como no registrar errores y volverlos a cometer, no dimensionar la gravedad de algunos problemas, no asumir responsabilidades, no proyectar el impacto de las decisiones a futuro, entre otras cosas.
El núcleo familiar influye mucho en el rumbo en el que se desenvuelve el déficit de atención. Sí, ya sé, ya sé. Siempre yo metiendo a las madres (y padres) en todo. Pero, la realidad es esa. A papás regulados, hijos regulados y papás NO regulados, hijos NO regulados. Es por eso tan importante que, como padres trabajemos en nosotros mismos e intentemos estar lo más regulados y conscientes posible.
Es importante que como padres o cuidadores primarios comprendamos el importantísimo papel que jugamos en el desarrollo psicoeducativo y crecimiento emocional de nuestras familias. Más aún, que tomemos consciencia de cómo un entorno seguro y organizado puede beneficiar la maduración del cerebro de nuestros hijos con TDAH y su crecimiento emocional.
Finalmente, lo último que quisiera compartir es – un dato que me sorprendió pero, que luego de reflexionar me parece evidente – y es que hay estilos de crianza que favorecen el desenvolvimiento sano y saludable del TDAH pues brindan seguridad y apoyo afectivo frente a errores e inseguridades. Este estilo de crianza es el que se conoce como “democrático”. Los estilos que no favorecen al TDAH son el autoritario y el permisivo. Ojo, esto no lo comparto con la idea de hacer sentir culpable a ningún papá ni mamá, si no simplemente para poder hacer una autoreflexión reconocer nuestro estilo de crianza y ver dónde podemos mejorar y apoyar más a nuestros pequeños.
Espero que les haya servido y para mayor información sobre cursos, talleres, consultas o terapias vayan a www.cidea.pe o vayan a mi cuenta en Instagram: @neuromamablog dónde comparto diversos datos.