Un primer truco para una alimentación saludable consiste en comprobar su predisposición a comer de todo. Los niños suelen huir de las verduras y de la fruta, productos a los que se les debe acostumbrar lo más rápido posible. A su vez, un segundo paso consiste en controlarles el consumo de dulces.
Por otra parte, hay que motivarlos a masticar y comer a un ritmo determinado para alcanzar la parte saludable. La excesiva tardanza en llevarse la comida a la boca constituye un gran problema que no debe permitirse, ya que fomenta una mala conducta en la mesa.
También es fundamental evitar que el niño coma poco de lo que no le guste y se harte de lo que sí. Hay que respetar los horarios de las comidas para que lleguen con hambre y consuman lo que se les ponga sin discutir ni pensárselo.
Por último, es muy importante no tener encendida la televisión durante las comidas, ya que funciona como un factor brutal de despiste para los niños hacia el consumo fluido de los platos.
¿Qué tal comen vuestros pequeños? ¿Cómo se comportan al ver platos nuevos sobre la mesa?