A pesar de que decir aquello de "qué mal está la juventud" puede sonar a tópico, lo cierto es que la falta de autoridad de padres y profesores cada vez va a peor, dándose en el seno de muchas familias y muchos colegios e institutos situaciones que rozan, e incluso en algunos casos sobrepasan, los límites de la delincuencia.
Esto se traduce en faltas de respeto constantes e incluso amenazas que suelen interferir, no solamente en la buena educación del niño conflictivo y del resto de sus compañeros, sino también en la salud del propio maestro, que puede terminar perdiendo el interés por su oficio.
Muchos son los que se quejan de una falta de protección al profesorado, de una falta de valoración por parte de los padres y de una desigualdad ante la necesaria atención a los menores.
Mientras tanto, los expertos en educación no dejan de insistir en la importancia de una óptima relación entre alumno y profesor para el desarrollo social del menor. A modo totalmente cómico e irónico os dejo un vídeo que no deja de ser la triste caricatura de lo que ocurre en muchas aulas.