En unos días comienza el nuevo curso escolar y en muchos hogares será el momento en que los niños empezarán los primeros días de guardería.
Esto genera dudas en torno a cómo afrontar el periodo de adaptación y qué hacer con nuestro hijo para que lo lleve lo mejor posible.
Las personas nos enfrentamos a nuevas situaciones constantemente, lo que nos genera estrés aun siendo adultos.
Imaginemos cómo afecta esto a un niño.
Necesidades de los niños durante la adaptación a la guardería
Sabemos que los niños son esponjas, aprenden muy rápido y se adaptan a todo, pero no podemos olvidar que son niños, son pequeños y les cuesta entender los cambios, cuando ya están acostumbrados a una rutina.
Siempre debemos ponernos a su altura para hablar con ellos, de esa manera los estamos mirando a los ojos y no adoptamos la postura autoritaria del adulto por encima de ellos, como por ejemplo cuando estamos de pie y les hablamos desde arriba, ellos deben subir la cabeza para mirarnos, de esa manera la mayor parte de la comunicación verbal y no verbal se pierde.
Además poniéndonos a su altura, podemos ver todo desde su perspectiva, tal y como ellos lo ven, seguramente nos demos cuenta de muchas cosas en las que hasta entonces no habíamos reparado.
Los niños necesitan seguridad, bienestar y cercanía, todo esto se le ofrece mediante abrazos, mimos y hablando en un tono cálido.
Consejos para afrontar el periodo de adaptación en la guardería
Siempre debemos despedirnos del niño, sino al día siguiente estará pendiente de ti para que no te vayas como el día anterior, pongámonos en su situación, se sentirá abandonado si directamente le dejamos allí y a la mínima que se gire, nos vamos sin avisar.
Al despedirte, ponte a su altura, dile que ahora lo dejarás allí un momento y luego volverás a por él, después iréis a casa y estaréis tiempo juntos, jugando o haciendo algo que le guste, pero no te demores demasiado en la explicación.
Acompáñale en todo momento, tanto en los momentos que esté feliz como en los momentos que llore, abrázalo y vuelve a decirle que tienes que irte, pero que en un rato vuelves.
Explícale días y semanas antes lo que va a ocurrir. Incluso puedes poner un calendario, marcar el día que empieza y todos los días se lo vas recordando.
Puedes ayudarte de cuentos inventados por ti o de dibujos que vayan a empezar la guardería y el protagonista lo viva de forma positiva.
Cuando prepares lo necesario para el inicio de la guardería, hacedlo juntos, hazle participe, que el niño te acompañe a comprar la mochila, a elegir la bolsa para el almuerzo y la merienda, a colocar las etiquetas con sus datos… es un buen momento para explicarle los cambios que van a ocurrir y para qué es cada cosa.
Si tiene algún hermano mayor o primo que va a la guardería o al cole, intenta llevarlo a la entrada y a la salida para que lo vea, os despedís y luego volvéis a por él, le vas contando que él también irá a su “colegio”…
Antes de comenzar la adaptación, debe conocer a su maestra y su aula, al poder ser, debe haber ido de forma tranquila y él solo, sin más niños, para que pueda investigar por el aula de forma libre.
También puede llevar algún objeto familiar a la guardería, siempre y cuando se haya dado el visto bueno por parte de la maestra.
Después de cada estancia en la guardería, habla con él de forma positiva sobre qué ha hecho ese día, a qué ha jugado, qué ha aprendido…
Para finalizar, debemos recordar que no es lo mismo los niños que ya han estado en guardería de los que van por primera vez, aunque puede ser que nos encontremos niños con falta de rutina, simplemente es volver a recordar todo y en un par de días ya estará adaptado de nuevo.
Tanto padres como hijos necesitamos un periodo de adaptación, vamos a llevarlo de la forma más respetuosa posible.
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Este artículo es un contenido original del Blog de Viviendo Montessori