Como viene siento habitual, la entrada de hoy es sospechosamente parecida a la del 31 de diciembre de 2014, y a la del 2013, y a la del 31 de diciembre de 2012. Pero hoy hago repaso el día 30 porque mañana escribiré la entrada número 1.000 y quiero que sea diferente. Así que hoy toca preguntarme, ¿cómo ha sido el 2015? Pues como el de otros años, bueno.
Mi marido me ha seguido queriendo con locura; la Princesa sigue sana y sigo aprendiendo con y de ella; he podido compartir con mi gran familia todas mis alegrías y mis penas (que os aseguro que han sido más de una, aunque este año menos) y mis amigos siempre han estado ahí cuando los he necesitado (en más de una ocasión) bien para reír o para llorar.
En este año ha nacido Martín (mi sobrino postizo) y esperamos ansiosos los bebés de mi amiga Marta y de mi primo Pablo (sí, el año que vienen de dos en dos). Sigo teniendo contacto con amigos de toda la vida y he ampliado el círculo con gente muy muy interesante, y en esto tiene que ver mucho este blog.
En el trabajo he cambiado (para mejor porque los cambios siempre te aportan cosas positivas) y he conseguido que mi hobby sea mi ocupación laboral. Ya no voy a la oficina, trabajo desde casa, y eso me ha hecho ser más disciplinada y constante. Este cambio me ha permitido disfrutar más de mi familia, de mi tiempo y de hogar. Pertenezco a un pequeño gran equipo (enorme) cada uno con sus "cadaunadas" que, aunque de ideas y formas de ser muy dispares, encajamos perfectamente como la maquinaria del reloj que esta noche marcará las campanadas. Y todo ello gracias a una relojera de categoría que sabe cómo engranar las piezas. ¡Cuántas cosas estoy aprendiendo con y de ella! Sobre todo a ser buena persona, bueno y también algo de tecnología, diseño y un poco de fiscalidad.
Este año que cumplido uno de mis sueños: ir a Disneyland Paris con mi familia. Y lo he hecho y he disfrutado aún más de lo que esperaba.
La Princesa sigue aprendiendo a pasos agigantados. Todos los días tengo un plato de comida caliente que llevarme a la boca, un techo en el que refugiarme y una cama en la que dormir. Y lo que es más importante, tengo salud y ganas de vivir y seguir luchando para salvar todos los obstáculos que me voy encontrando en el camino, que no son pocos. Después de todo esto, ¿quién puede decir que ha sido un año malo? Categóricamente puedo decir que ha sido un año muy bueno.
¿Y el tuyo? ¿Ha sido bueno?
¡¡¡FELIZ MIÉRCOLES Y, POR ENCIMA DE TODO, FELIZ AÑO NUEVO!!