Hay palabras en el diccionario que no sé muy bien qué pintan ahí. Por ejemplo, conciliación. ¿Realmente se utiliza? Quizá sea un sinónimo de utopía, pero no lo tengo muy claro. Y es una cuestión que me atormenta todas las noches porque se acerca peligrosamente el mes de junio y no sé que cuernos hacer con la Princesa. Este año que tendríamos que estar de celebración porque, después de mucho, por fin al Santo y a mi nos coinciden todas las vacaciones, la realidad es bien distinta. Todo muy emocionante a partir del 8 de agosto pero hasta entonces y desde el 22 de junio, ¿qué?
Se me ocurren varias ideas como que pase esas 7 semanas con los abuelos, primero con unos y luego con otros. Pero me parece mucho tiempo para terminen de niña hasta el bigote, la niña de ellos hasta el idem y el asilvestramiento sea tal que luego sea imposible hacerla volver al redil. Otra opción es introducir en la ecuación un campamento de verano. Así nos controlamos todos un poco. Pero aquí surge la incompatibilidad de horarios y muchos de ellos de precios. También la puedo seguir dejando en el cole, pero me parece excesivamente cruel. Y otra opción es cambiar mis vacaciones, pasar menos tiempo los tres juntos y meterme yo en la fórmula mágica: abuelos, campamento, mamá y familia. Y aquí estamos, buscando opciones como el que busca a Wally.
Y hablamos de conciliación, ¿no? ¡Qué risa!
¡¡¡FELIZ MIÉRCOLES!!!