Soy madre desde hace 7 años y hay cosas de la infancia de mi hija que, por desgracia, no recuerdo con nitidez. Pero si de algo estoy convencida es de que la Princesa con cuatro años no tenía capacidad de decisión y un criterio lo suficientemente formado para decantarse por las cosas. Tan pronto le gustaba algo como le espantaba en décimas de segundo, muchas veces guiada por las opiniones de los demás ¿es posible que sea muy influenciable o es algo típico de la edad? No lo sé, no soy psicóloga ni educadora. Soy madre, simplemente o nada menos (según se mire), madre.
¿Y a dónde quiero llegar con esto? A que la noticia de que han autorizado a una niña de cuatro años a cambiar de nombre por motivos de transexualidad me ha dado que pensar. No voy a juzgar el hecho en si. Tengo mi opinión, como tú puedes tener la tuya y ambas son igual de válidas porque son eso, nuestras opiniones Pero me ha hecho reflexionar sobre cómo condicionamos los gustos de nuestro hijos.
¿A mi hija le gusta la música porque a mi me gusta y así se lo hemos inculcado? ¿le gusta leer porque a mi me gusta leer? ¿no concibe comer sin pan porque su padre tampoco? Pienso en esas largas generaciones de zapateros, médicos, periodistas o artesanos y me pregunto, ¿algún miembro de esa cadena está realmente satisfecho con lo que hace o lo hace sin más porque su padre, abuelo, bisabuelo lo hicieron antes? Sinceramente, es algo que me da bastante vértigo. ¿Y si le estoy privando de descubrir cosas simplemente por el hecho de que no son de mi entorno o gusto? Pero si yo soy feliz así, ¿por qué ella no lo va a ser? ¿Tengo que dejar que explore otras cosas aunque yo no pueda ser un referente para ella porque las desconozca o no me agraden? ¿le damos demasiada importancias a la educación de nuestros hijos y es algo mucho más sencillo donde las cosas fluyen y no hay que ser tan previsor o calculador? ¿Por qué me como tanto la cabeza hoy jueves si estoy muy cansada y estoy deseando que acabe la semana?
¡¡FELIZ JUEVES!!