Desde que la pulga llegó hemos dormido todos juntos en la misma habitación (gata incluida). Yo nunca me había planteado una fecha para que durmiese en su habitación y pasarla de la cuna a la cama, ya llegaría el momento.
Mi hija es una niña que siempre ha tenido un sueño muy ligero y se despertaba continuamente. Así que si algo tenía claro era que no la pasaría de la cuna a la cama hasta que no empezase a dormir las noches enteras por mi propia salud. Lo lógico sería que nos despertásemos cada vez uno para ir a atenderla pero mi señor esposo tiene cierta sordera selectiva y las quejas nocturnas no las percibe ¬¬…
Hace algún tiempo probamos con el método padre y aunque seguía sin dormir las noches enteras, se redujeron considerablemente los despertares nocturnos. Desde entonces hemos ido alargando poquito a poco el sueño y ya llevábamos un par de semanas durmiendo las noches enteras.
Fue entonces cuando comenzamos a plantearnos pasarla de la cuna a la cama a su habitación.
Decidimos probar cuando su padre tenía unas semanas libres en el trabajo. Tuvimos tan mala suerte que la gata se volvió loca en ese momento (si no sabes de qué hablo lo conté en este post) y nos daba miedo que por la noche si se levantaba de la cama tuvieran jarana.
Siguió pasando el tiempo y ella seguía durmiendo bien por las noches. Parecía que había llegado el momento.
Fue entonces cuando nos fuimos de vacaciones a la playa y ahí no había cuna, solo dos habitaciones con una cama de matrimonio en cada una y decidimos probar. Pensamos en bajar el colchón al suelo pero no había donde meter el somier así que le quitamos las patas y lo pegamos a la pared.
Le explicamos que ella dormiría en esa cama y que mamá y papá dormirían en la otra habitación. Hicimos varias veces el camino de su cama a la nuestra y le dijimos que si tenía miedo que viniese a buscarnos.
A la hora de dormir fui con ella a acostarla y me dijo “aquí mamá” y le dije que no, que mamá estaría en la otra habitación si quería algo. La primera y la segunda noche se despertó llorando, fui a verla y me quedé con ella. La tercera vino ella solita a nuestra cama. Y a partir de la cuarta durmió la noche entera. Así estuvimos 7 días.
Nos preocupaba la vuelta a casa pero encontramos la clave mágica.
Lo primero que hicimos fue quitar las patas del somier, poner unos cojines grandes pegados a la pared y poner una barrera para que no se cayese al suelo. La barrera es pequeña, lo que le deja espacio para poder subir y bajar al colchón sin problemas.
Poco antes de las vacaciones la abuela le había enseñado quién era Minnie Mouse, así que cuando llegamos a casa le pusimos en la cama unas sábanas de la ratona que yo tenía de cuando era pequeña y la reacción fue instantánea. Se le salían los ojos. Se metió en la cama y no quería salir (eran las 6 de la tarde). Le dijimos que la cama no es para jugar, que es para dormir y lo entendió.
Seguimos la misma rutina que en las vacaciones pero incluyendo el cuento de antes de dormir.
Ya ha pasado un mes desde que empezamos y muchas noches se despierta pidiendo agua y me tengo que acercar. Pero salvo eso, por las mañanas la preguntamos qué tal ha dormido y su respuesta siempre es: “Yo sola”.
La verdad es que ella está encantada con el cambio y nosotros más. Aunque la que ha salido ganando con diferencia ha sido la gata, que ha recuperado su lado de la cama
PD: Para todos los que me conozcáis un poco os tranquilizaré diciendo que he puesto en la cama un cojín de Jack Skeleton para compensar tanto rosa y que no me de una subida de azúcar xD
Mi niña se me hace mayor y yo no puedo disfrutar más de verla crecer.
¿En qué momento pasasteis a vuestros peques a su habitación?
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