“sabes que eres padre (o madre) cuando en tu aniversario de boda estás en un cumpleaños infantil, en un parque, o recogiendo juguetes, en vez de en una escapada romántica”
Antes que digas nada. Que sí. que ya lo sé. Que hay montones de parejas en el mundo que encuentran su espacio para seguir siendo pareja aunque tengan hijos. Y salen solos todas las semanas, y hacen escapadas románticas desde casi el primer día. Yo los envidio. Bueno no, mejor dicho los admiro, pero a mi no me nace. Con la primera lo intenté, reservé ese espacio, a veces, ocasionalmente. Había salidas, había cenas…pero yo tenía la sensación que faltaba algo.
Quizá como antecedente deba mencionar que me casé embarazada por el civil, y con un bebé en brazos por la iglesia. Y que la fecha de ambas bodas fue “programada” con la fechas esperadas de la llegada de nuestra primera hija (las fechas de las bodas las fijamos antes, pero el universo se alió con nosotros y acertamos también con el bebé)
Con la segunda, como con todos los demás aspectos de la crianza, me dejé llevar por lo que de verdad quería hacer. Por lo que de verdad me nacía natural. Las salidas son familiares, las cenas también. A veces se me olvida que está por llegar mi aniversario de boda (esto de casarse dos veces te da doble oportunidad para acordarte) y nunca hemos celebrado ese día con regalos así que no tengo que acordarme antes. Pero ese día siempre me acuerdo. Entonces por un momento pienso en esos viajes que nos pegábamos, en esas escapadas románticas a hoteles con vistas al mar. En seguida me están interrumpiendo con alguna petición o grito o pelea o pidiendo brazos. Abro los ojos y sonrío. Prefiero celebrar en familia. Almenos en este momento
Porque celebrar un aniversario de bodas es también celebrar el inicio de esta familia. El último lo celebramos poniendo el vídeo de la boda para que las terremoto lo vieran. Lo reconozco. Soy así de blanda quizás, soy así de entregada, o quizás descuidada en lo que al “espacio pareja” se refiere. Pero me gusta celebrar los aniversarios en familia (No sé si el padre de las criaturas opina lo mismo, pero pobre me tiene que aguantar como soy) Y no estoy diciendo que nace un hijo y la pareja se olvida y se guarda bajo llave. Pero creo que hay tiempo para todo, y el tiempo es escaso. Tiempo habrá para escapadas de a dos. Así lo veo yo, ahora quiero disfrutar de esta etapa llena de locura, agotamiento y no parar…con ellas. El sábado era nuestro 6ª aniversario de la primera boda y lo celebramos comiendo juntos los 4, mientras veíamos el derbi jaja…así somos. De hecho, nos hacen falta más escapadas en familia! Cada año en vacaciones decimos lo mismo… Y si un día todo cuadra y surge y salimos a cenar…fantástico! Pero no es obligado, no es planificado, no por ser nuestro aniversario necesitamos salir a cenar. Con decir que el año pasado por estas fechas dijimos “ahora sí salgamos a celebrar con una cena”….y creo que salimos tres meses después…lo digo todo.
Quizás si me lees piensas…¿y el tiempo para la pareja cuando?¿y el romance? ¿y la chispa? Es un poco como el mito que el colecho termina con la relación de pareja. Es un poco de asumir el nuevo rol que tenemos. Llega un bebé y te puedes proponer tener noches de sábado como las de antes. Pero o te quedas dormida tu dando teta o se queda dormido él esperándote. O el agotamiento es tal que basta con quedarse mirando una peli que a uno no le da la energía para más. O justo el sábado el bebé tiene una noche de llantos y despertares de las que no se olvidan. Creo que haya que desmitificar esa falta de…intimidad por decirlo así. Porque intimidad de pareja no es solo contar cuantas veces “toca” durante el mes. El tiempo de pareja está en los pequeños detalles, en los momentos robados. Sí, intimidad es ese beso apasionado porque sí al preparar el desayuno, esa mirada cuando aun no se han dormido las niñas y no puedes esperar que caigan rendidas, ese liberar la imaginación y (frase no apta para menores ni conocidos de esta casa terremoteada) descubrir los espacios que se esconden en tu piso cuando tu cama está ocupada. Pero también es compartir una película, viciarse de una serie juntos en el sofá, bloguear codo con codo, leer juntos, hablar, cenar solos…pero en casa. La pasión a veces no la despierta ni una cena ni las niñas dormidas temprano, a veces la despierta hasta el mínimo gesto. Tener hijos y no salir a cenar solos todas las semanas, no quiere decir que la intimidad no exista. Prefiero no imponer esa obligación para luego sentirme culpable porque hace 6 meses que no salimos solos a ninguna parte.
Porque ahora no te lo parece, pero los niños crecen, los despertares nocturnos se reducen, el cansancio se hace parte de tu ser y ya no te sientes tan cansando a las de la noche, y la pareja va volviendo a abrirse paso: con más bagaje, con arañazos, con esfuerzo (criar saca lo mejor y lo peor de cada uno, ya lo sabemos…y sino lee este genial articulo) pero vas superando batallas, vas sumando buenos recuerdos, y la familia y la pareja salen fortalecidas. Entonces se valoran las cosas de forma distinta. Entonces puedes buscar otra vez esa chispa.
Y entonces, ese día que las niñas caen rendidas temprano…bueno…ese día tenemos fiesta, sea o no nuestro aniversario. Pero eso es cosa nuestra…
Feliz aniversario amore.
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