Hace más de dos meses que no escribo nada y han pasado muchas cosas, ahora si que puedo decir que soy una mami primeriza. Ya tengo a Andrés en mis brazos. Con mes y medio este chiquitín ha llenado de alegría nuestras vidas, pero para llegar hasta aquí les tengo que contar cómo fue el final del camino del embarazo. Les resumiré cómo fue el parto.
Historia de un parto prolongado
Ya había salido de cuentas del embarazo, pero como no tenía ningún síntoma de parto ( contracciones, bolsa rota, etc) los médicos hicieron que aguantara una semana más. Fui el día que me indicaron al hospital para que me indujeran el parto, fue un miércoles por la mañana, y me pusieron una especie de tampax con un medicamento que ayuda a dilatar. Todo ese día la pasé con contracciones fortísimas, pero sin dilatar más que 2 cm. Me dieron medicina para calmarme las contracciones y descansar para continuar la mañana siguiente.
El día después, otra vez, me llevaron a la sala de dilatación y me pusieron oxitocina. Lo mismo, todo el día con contracciones como de parto, pero sin dilatar. Tengo que decir que todas estas contracciones las pasé sin epidural. No sabía que mi umbral de dolor fuese tan alto. Ese día me rompieron la bolsa del líquido amniótico, me metieron la mano muchos médicos para ” ayudarme” a dilatar y para ir viendo la posición del bebe. Obviamente, en todo momento estaba siendo monitorizada por los médicos del hospital.
Al ver que no avanzaba, seguía en 2 cm, decidieron hacerme cesárea. Me subieron al quirófano alrededor de las 9 pm. Después de dos días intensos y sin resultados positivos para que sea un parto normal, decidieron que la mejor opción para el bebe y para mi era la operación.
Cuando me dijeron esto sentí entre alivio, miedo y decepción. Alivio, porque ya no seguiría sufriendo con tantas contracciones; miedo, porque nunca antes me habían operado; y decepción porque después de mentalizarme para un parto normal, soportar las durísimas contracciones para al final terminar en una cesárea, lógicamente me sentí frustrada.
En los hospitales españoles, por lo que me han dicho y he podido vivir, se empeñan en que los partos sean normales. Hasta el final buscan que la madre trabaje para que el niñ@ nazca de la manera mas natural posible. Solo al final, cuando no hay más opción recurren a la cesárea, como en mi caso. Pero sinceramente es cansado y creo que deberían ver las maneras de aliviar esto a las madres, no sé, quizá previendo las situaciones, el peso, el tamaño, la posición del bebe, etc., para que no suframos demás.
En fin, con el miedo en el cuerpo entré a la sala de operaciones y allí todos me trataron muy bien. Los médicos pusieron a Julio Iglesias de fondo musical, los anestesistas me hablaban para que no pensara en lo que me iban a hacer, incluso me rascaban la cabezas y me hablaban de los presidentes y premios Nobel de mi país para relajarme. Todos majísimos. Yen cuanto menos me lo esperé, ya habían sacado a mi bebe, me lo enseñaron con el cordón umbilical colgándole aún. Los médicos graciosísimos me dijeron que cómo esperaba yo que ese niño tan grande, 4200 gr, naciera por parto natural. Imposible!!!
Todo lo que vino despues fueron los cuatro dias de recuperación, y luego a casita a disfrutar del nene. El miedo quedó atrás y ahora disfrutamos de nuestro hermoso pequeñín que ha cambiado por completo nuestras vidas, para bien claro. Ahora pasamos los días entre pañales, toallitas húmedas, leche y muchas sonrisas que cada día nos regala este precioso regalito de Dios.
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