Yo, desde que me escuché a mi misma verme desbordada por mi yo antipaciencia me propuse cambiar, y hace ya casi un año me propuse un objetivo para eliminar los gritos, para dejar de enfadarme, para relajarme y disfrutar del todo con esta locura de la bimaternidad, sin ogros, sin enfados, sin prisas. Tuve mis recaídas, pero ahora…me parece que hace un siglo de esa época. Mi hija menor me atrevo a decir que no la recuerda (almenos conscientemente) y la mayor me dibuja con sonrisas en vez de cara de enfado. Es, para mi, otro mundo. En mi casa no se grita, uno se puede poner serios en algunos momentos, pero ni nos enfadamos. De verdad…se siente diferente.
Así que pensaba que después de todo este cambio y toda esta práctica, el reto que presentaba Edukame…tenía que resultarme fácil! Me interesaba aprender nuevos tips, pero iba a ser fácil cumplirlo ¿no? Pues no. Una que todavía no aprende. Os resumo un poco el reto (y al final va un pequeño sorteo)
El primer día, sin saberlo, había cumplido el reto antes incluso de abrir el mail. El reto decía:
Escoge un momento del día para hacer las cosas a la misma velocidad (o lentitud, según quieras verlo) que las hace tu hijo.
Esa mañana, camino al colegio, y aunque no sobraba el tiempo, había decidido caminar al ritmo de la más pequeña de las terremoto. Sin prisas, sin hacerla caminar deprisa, sin que sintiera que llegábamos tarde. Recuerdo haber mirado alrededor y haber sentido como casi todos caminaban deprisa a nuestro alrededor, casi sin entender porqué llevábamos ese paso tranquilo. Pero ella estaba encantada. Pisaba el barro para ver cómo se hundía su zapato, caminaba sin pisar las lineas de la acera, hacía crujir las hojas. ¡Estaba disfrutando el camino! Y el camino se disfruta, si no vas demasiado deprisa.
Vale. Día 1 logrado. Vamos bien.
En el día 2 nos proponían ideas para liberar el malhumor. Buenas ideas. Una de ellas la uso para “romper” entre el trabajo “de oficina” y el que me espera en casa. Intento volver siempre hacia casa escuchando música, música que me haga cantar y concentrarme en lo que escucho. Así intento dejar, de forma efectiva, el trabajo en la oficina.
Cuando leí el propósito del día 3 asumí que era el primer reto que me iba a costar. Teníamos que liberar 1 tarea que tenía programada. Pero ese día tenía la agenda llena llena!!! El ejemplo me salvó en esta ocasión: saltarse el baño (de las niñas) Listo! Esa estaba fácil! Lo hacemos más de una vez durante el invierno. Ese día, nos dedicamos a jugar a futbol con una pelota de playa por casa (así la probabilidad de romper algo disminuye)
el reto del día 4 fue mi favorito. hacer reír a una persona! Los ataques de cosquillas es algo que nos encanta como manera de romper un momento tenso, cuando las niñas están enfadadas o andan de mal humor. Es una gran manera de liberar estrés y malhumor. Lo que yo no sabía era que “la media de risas de una persona normal son, al día, 15″ Creo que voy a tener que trabajar en esto de reírme más!
Dia 5: un toque de atención que a mi siempre se me olvida y desgasta mucho. Las órdenes que damos (y probablemente a veces ni las sintamos como órdenes: por ejemplo “Ponte la chaqueta”, “no te entretengas”, “ve a dormir”, etc. ) Nos proponían reformular las preguntas promoviendo la colaboración de nuestros hijos: por ejemplo: “¿te pones la chaqueta tu sola o yo te ayudo?” Ahí me di cuenta que yo uso este tipo de preguntas (junto con las órdenes también eh…) pero será que algo voy aprendiendo.
El día 6 se puso complicado…pedir un favor. La verdad, no me gusta pedir favores y aunque en casa nos ayudamos entre todos y la abuela de las criaturas nos ayuda aun más, no me nace pedir favores (aunque si cedo tareas jiji) pero si el padre de las criaturas me ayuda con el baño, no me siento a ver la tele o a leer, me pongo a hacer otra cosa! Así que punto a mejorar, porque este me cuesta un montón!!!
El dia 7 lo encontré un cierre genial. Vivir sin quejas!!! Porque al final, si estamos todo el día quejándonos de lo que nos molesta, el buen humor se nos escapa!! Personalmente, pasé muchos años repitiendo en voz alta lo que no me gusta de vivir en Santiago…y terminaba agotada de oirme y asqueada de vivir aquí. Ahora intento repetirme las cosas buenas que tiene vivir aquí.
El reto, además, contaba con “bonus” una vez habías realizado cada uno de los retos: videos, artículos, más consejos, para ampliar la paciencia. Me gustó mucho uno de ellos, para buscar alternativas al “no”, porque decir no todo el día nos desgasta a todos, y nos daban buenas alternativas.
Y, si algún reto te resultaba más difícil o perdías la paciencia algún día, tenías un salvavidas con consejos para recuperar la paciencia:
Uno de los consejos que incluían me pareció muy importante: pedir perdón a los hijos. Explicarles porqué hemos perdido la paciencia o nos hemos enfadado y pedirles perdón si les hemos gritado. Creo que este punto es importante y crea un bonito vínculo de sinceridad. No somos perfectos, pero reconocemos nuestros errores.
Bueno, hasta aquí un pequeño resumen de los 7 días del reto. Si todavía no te has apuntado, puedes hacerlo aquí.
Pero no se acaba aquí! el día 8 recibimos una sorpresa!
El reto iba a continuar 15 días más!!! Momentos para ti, más risas, más positivismo, más pausas para respirar, más consejos! Esta vez esta ampliación del reto no es gratuita, pero desde Edukame me han dado 2 accesos gratuitos para sortear desde el blog, por si habéis participado en los 7 primeros días y queréis seguir! O por si acabáis de descubrir el reto y queréis seguirlo los 21 días!
Sólo tenéis que completar el formulario de aquí abajo para poderos contactar. Sortearé los accesos el miércoles por la noche! Si compartís el post tenéis una oportunidad extra.
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Yo voy a seguir con el reto los 21 días, que está claro que tengo mucho que seguir aprendiendo y la paciencia es la base de mi propósito y básica para empatizar y comprender a las niñas. . ¿os habíais apuntado al reto? ¿qué os ha parecido?