Chile se movilizó cuando se conoció el caso de Cristóbal, un adolescente de 13 años que necesitaba un doble transplante de pulmón por una enfermedad muy rara que padecía, y por la que unos años antes había fallecido su hermana. La campaña #dalevidaacris recorrió el país. Felizmente, los pulmones llegaron, el transplante fue exitoso y Cristóbal puedo recuperarse. Casi a la par con esta buena noticia conocí el caso del pequeño León, un niño que nació con una cardiopatía y que, con tan solo 4 años, esperaba un transplante conectado a dos corazones artificiales. Las enfermedades en los niños siempre me tocan la fibra sensible, desde que soy madre 1.000 veces más, pero este caso me impactó. De nuevo, el país se movilizó bajo la campaña #uncorazónparaleon, esperando que llegara un corazón para el pequeño.
La actitud, fuerza, y voluntad de la familia me impactó desde el primer día que conocí el caso. Los padres del pequeño se volcaron en hacer el caso público, en defensa de aumentar la conciencia de la importancia de la donación de órganos. Siempre iban contando sus avances y cómo se encontraba. Día a día. La fortaleza y la entereza de esta familia era admirable. Porque a pesar de lo duro de la situación que estaban pasando, de lo difícil que estoy segura era su día a día, se implicaban en la lucha para ayudar no sólo a su hijo, sino a todos los pequeños en espera de un órgano para poder vivir. Y todo ello sin dejar de acompañar a su hijo, haciéndole feliz día tras día. Los videos del pequeño león mostraban como era feliz, aun estando en el hospital.
El pequeño no pudo recibir el transplante que esperaba, pues un fallo en los corazones artificiales a los que estaba conectado, agravó su estado de salud y no pudo recuperarse. Su familia, conociendo la importancia de la donación de órganos, donó sus riñones, para poder ayudar a otro/s paciente/s en espera de transplante, y seguirá creando conciencia de la importancia de la donación de órganos. Espero que el caso de este pequeño, el hecho que se haya hecho público, la lucha de sus papás por crear conciencia, nos ayude a reflexionar de la importancia de la donación de órganos.
En España la donación de órganos es motivo de orgullo como país, por ser un país líder en este aspecto. Cuando llegué a Chile me sorprendió la cantidad de gente que, cuando se hablaba de ser donante, pensaba que, por serlo, en caso de accidente nadie haría nada por salvar tu vida, con tal que se donaran los órganos. Y la gente te lo contaba muy convencida. Los médicos trabajan salvando vidas, sean los pacientes donantes o no, y no sé porqué existe esta creencia. Pero quizá por ello se ven estas estadísticas:
Antes de opinar que me parecía un número muy muy bajo, y como desconocía cómo era en España, busqué los datos y encontré de 2015. En España hay 36 donantes por cada millón de españoles, y en algunas comunidades hasta 45 donantes por millón. Esto serían entre 144 y 180 por 4.000.000. Mucho más que en chile, de hecho así he aprendido que son líderes en donaciones y transplantes, en Europa al menos, especialmente por la existencia de la Organización Nacional de Transplantes, que coordinar tanto la donación como el transplante y ayuda a optimizar los tiempos para que ningún órganos se pierda y se pueda realizar la donación de forma exitosa. Podéis conocer más aquí.
Pero, ¿qué órganos pueden donarse? Los órganos que se pueden donar son los riñones, el hígado, el corazón, el páncreas y los pulmones. Cada país tiene requisitos diferentes para ser donante, pero lo importante es que la familia conozca la voluntad de la persona de donar sus órganos, para que el consentimiento familiar no sea impedimento. No todos los donantes pueden serlo finalmente, pues deben cumplirse también ciertos requisitos.
Ser donante es dar vida, hacer un regalo a otra persona cuando la vida de uno ya no puede salvarse. Aunque de hecho, en vida también puede uno ser donante, de sangre o de médula por ejemplo. Además de otros órganos, como el riñón o el páncreas. En España, la donación en vida de riñón fue el 15% de los transplantes en 2014.
España superó este año los 100.000 transplantes realizados desde 1965. Son muchas vidas salvadas, mejoradas, muchos pacientes que han tenido una segunda oportunidad. Reflexionemos sobre ello, hablémoslo con la familia. Pensemos en todos aquellos niños, adultos, que necesitan de esos órganos. Acerquémonos a las fundaciones (como ésta en Chile o ésta en España), informémonos.
Y después de estos casos mencionados, hay algo que creo que no debemos olvidar. No nos olvidemos de agradecer a la vida por cada día, por cada momento, y porque nuestros hijos estén sanos y podamos estar con ellos.
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