Cuando tienes esa sensación de que algo falta, tal vez pienses que no eres lo suficientemente agradecido(a) porque no te detienes a pensar en todo lo que la vida te ha dado. Sin embargo, soy de las que pienso que conformarte con aquello que no gusta o te desagrada o no te complementa ni es parte de tu felicidad, es morir lentamente en el intento de llegar a tu verdadero propósito de vida.
En numerosas ocasiones sacrificamos nuestra búsqueda de la felicidad solo por no cambiar el estatus que tenemos en el presente.
La vida es eso que te sucede mientras estás ocupado(a) haciendo otros planes. Siéntate a pensar en dónde quieres estar al final de este año. Normalmente nos ponen a pensar proyectándonos de aquí a cinco años. Puede que sueñes con cosas extraordinarias para dentro de cinco años, pero ¿qué estas haciendo ahora mismo para lograr tus metas al final de este 2015?
A largo plazo las metas se escriben y se leen hermosísimas, pero ¿no te has puesto a pensar que si tu vida no puede ser diferente aquí y ahora, entonces las probabilidades de que sea como tú quieres en cinco años está muy lejos de la realidad?
Es momento de revisar todo aquello que deseas y empezar a sembrar poco a poco lo que quieres cosechar.
Si en tu relación de pareja no te sientes a gusto, es momento de plantearte la pregunta: ¿es esto lo que quiero para mi vida?
Si tienes un amigo o familiar que está acabando con tus energías, es momento de decidir qué quieres que suceda con ese vínculo que no te deja avanzar.
Como dice Facundo Cabral “desde ahora le puedes decir ¡basta!” Solo en ti está el poder de decidir.
No puedes seguir arrastrando las mismas insatisfacciones sólo por complacer a otros.
Si siembras espacios cosecharás distancias. Si siembras desapego cosecharás desamor. Si siembras dudas no cosecharás nunca la certeza. Si siembras comodidad nunca saldrás de la zona de confort. Si siembras indecisión cosecharás infelicidad.
El momento de vivir es aquí y ahora.
Decide lo que quieres sembrar.