Ayer, en el taller que hicieron las niñas me comentaban que la pequeña recortaba bastante bien para la edad que tiene y la verdad es que luego pensándolo me vino a la mente precisamente este tema, la manera tan distinta en la que nos dirigimos a nuestros primeros y segundos hijos.
Está claro que todos intentamos educar a nuestros hijos/as de igual manera, en iguales condiciones, pero sin embargo, estoy convencida de que estoy nunca es así. Sí que intentamos darles lo mismo a ambos, pero nunca será de la misma manera.
Con el tema del recortado pensaba que irónicamente, cuando Vera era pequeña, pasaba horas y horas con ella acompanándola mientras que pintaba, coloreaba, recortaba, hacía bolitas… y la estimulaba muchísimo en cuanto a la motricidad fina se refiere. Sin embargo, caí en la cuenta de que la pequeña en ese aspecto ha recibido muchísimo menos tiempo y atención de mi parte. Eso de que el tiempo es el mismo pero dividido entre dos, está claro, y así es (al menos en mi caso).
PEQUEÑOS MAESTROS, GRANDES APRENDICES
¿cuál es la clave de que los segundos aprendan tan rápido? Yo estoy convencida que la mayor parte de los aprendizajes los adquieren de los hermanos mayores. En nuestro caso, la pequeña empezó a recortar cuando era muy muy pequeña (aunque a papá M le daba miedo verla con las tijeras), no hay nada que se aprenda si no es haciéndolo. Cuando la mayor hacía plastilina, la peque también, si la mayor quería colaborar en la cocina, la pequeña también, y si la mayor iba a por un libro para ver o leer, la pequeña más de lo mismo.
Está claro que el ejemplo es la mejor manera de aprender, y no sabemos los grandes maestros que tenemos en casa (para bien y para mal xdd), porque también está claro que los pequeños (siempre hablo en nuestro caso), son algo más rebeldes e independientes.
Curiosamente, cuando nuestra pequeña nació, no sé porqué… si porque de pronto era la peque de la casa, o porqué exactamente, pero llegué a pensar que podía ser más “débil” que su hermana (malditas comparaciones), pero en poco tiempo nos dimos cuenta de que era un pequeño huracán totalmente imparable. No hay nada que se le resista, nada que deje de hacer por ser pequeña e incluso con más interés que la mayor, porque de alguna manera es como si tuvieran la necesidad de demostrar que ellos también son capaces ¿no os parece?
NOSOTROS NO SOMOS LOS MISMOS
Os decía antes que creo totalmente en que no educamos a nuestros hijos de la misma manera y pienso que otro de los motivos que incluye en ello es que nosotros ya no somos los mismos.
El tiempo nos cambia, nos aporta más madurez, pero sobre todo nos aporta la EXPERIENCIA.
Con nuestro primer/a hijo/a, todo es precaución, es tiempo eterno, es la tirita antes que el chichón… sin embargo, si algo nos aporta la maternidad es la experiencia y la calma con respecto a nuestros siguientes hijos.
Claro que siguen existiendo ciertos miedos, ciertas incertidumbres, pero resulta que ya no tenemos el mismo tiempo que antes para pensarlo, y además, nos hemos dado cuenta de que hay que relativizar… y ya te has dado cuenta de que todo pasa… incluso las etapas de rabietas, del NO constante, …
La experiencia nos deja disfrutar de un modo más relajado del segundo, y sobre todo es una prueba importante, porque dicen que la vida te cambia cuando tienes un hijo, pero creo que realmente te cambia cuando tienes dos xdd.
EL TIEMPO VUELA
Y si hay algo que nos aleja en nuestra forma de educar o de dirigirnos a cada hijo/a es el tiempo. ¿recordais el día que vuestro primer hijo se sentó por primera vez? ¿y su primer diente? ¿la primera vez que hizo un ruidito?
¿Os acordais de todo ello de vuestro segundo hijo?.
Sé que esto puede llegar a sonar mal, sin embargo, mi experiencia me ha demostrado que con la mayor disfrutamos de cada instante y lo vivimos muy intensamente, anotando incluso cuando empezaba a hacer cada cosa y con la segunda, de pronto nos dimos cuenta de que había empezado a gatear y ¡no nos habíamos dado cuenta!, tenía dos dientes y…¿cuándo le habían salido?.
Y seguro que a más de uno/a le parece exagerado lo que digo, pero nada mas lejos de la realidad.
¿Y vosotros? ¿qué pensáis acerca del trato de los segundos hijos/as? ¿cuál ha sido vuestra experiencia?