El ácido graso omega 3 que se encuentran en los pescados es beneficioso para el desarrollo del feto y también para la madre, ayudándole a mejorar el sistema inmune. Por un lado, el omega 3 evitar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y además se relaciona con el metabolismo del hierro en los recién nacidos.
Diversas investigaciones han puesto de manifiesto que los suplementos que proceden del omega 3 ayudan en gran medida al desarrollo cognitivo y visual del feto, y además podría ayudar a evitar el riesgo de sufrir anemia. Por lo tanto, el pescado debe estar sí o sí en la dieta de toda embarazada.
¿Qué pescados comer?
En realidad, se pueden comer todo tipo de pescados, exceptuando algunos. En cuanto a pescados azules, como hemos visto gracias al Omega 3, son favorables todos menos aquellos que acumulan exceso de mercurio. Es decir, podemos comer sardinas, caballa, salmón, trucha, trucha, boquerón y atún blanco, entre otros.
Lo que no se puede comer durante el embarazo son aquellos pescados crudos, o bien determinados ahumados, siempre es mejor que estén hechos, cocinados y que procedan de un lugar de confianza.
Mientras que los pescados blancos están recomendados prácticamente todos. Además, como la carne del pescado blanco es menos grasa que la carne del azul es recomendable para digestiones ligeras.
Sí hay que tener especial cuidado en los pescados panga y perca que se cultivan en piscifactorías determinadas y pueden tener también mercurio. Siempre es mejor ir a una nutricionista cuando las embarazadas no están seguras de lo que pueden tomar durante el embarazo. El médico de cabecera puede darnos una lista completa de alimentos más o menos saludables para esta etapa, siempre dependiendo de las afecciones de cada persona.