Una de las grandes incógnitas es: ¿Dónde nacerá el bebé? Esto supone un dolor de cabeza para más de una, porque no todas queremos dar a luz en nuestro hospital público correspondiente, ni en ninguno privado de nuestra ciudad, ni tampoco en casa… ¿Sabías que existen más opciones de hospitales para parir?
Pero para muchas mujeres parir no es simplemente esperar a que llegue el día y ver qué pasa… Hay muchas cosas que pensar antes de que llegue ese momento, muchas preguntas que responder, y muchas dudas que resolver.
Eso me pasó a mí. Siempre supe que sería la dueña de mi parto, yo estaba gestando a mi bebé y yo sabría parirlo, mi cuerpo sabía y yo estaba preparada para ello.
Durante el embarazo, mi pareja y yo tuvimos que mudarnos, dejamos nuestra ciudad natal y no sabíamos dónde nacería el bebé.
Los hospitales de referencia en ambas ciudades dejaban mucho que desear, protocolos y procedimientos horribles, partos muy medicalizados e intervenidos, altos porcentajes de cesáreas y episiotomías, oxitocina sintética por rutina, prohibido comer y beber, nada de movimiento libre, bebés separados al nacer… Miré varios hospitales en las dos ciudades y… ¡A cual peor!
Me negaba a que mi parto fuera así, me conozco… Era mi bebé soñado y no quería que nos hicieran más daño del que ya nos habían hecho durante el embarazo.
Me informé mucho y gracias a las reuniones de El Parto es Nuestro descubrí que hay muchas mamás como yo y que existen más opciones.
Me hablaron de un hospital en Madrid que tenía un programa de parto respetado y además, conocía un par de mamás que habían dado a luz allí y solo contaban cosas buenas. Hacían reuniones informativas mensuales, así que allí nos plantamos mi marido, mi barriga y yo.
Durante la charla miré a mi marido y le dije: “familiarízate con el sitio, el bebé va a nacer aquí”.
Reconozco que dudé y tuve miedo. Todo era demasiado bonito, era lo que yo había soñado, pero tenía miedo de que fuera simplemente un reclamo para que el hospital estuviese en lo más alto del ranking.
La decisión estaba tomada, pero ahora nos quedaba lo peor… comentar la decisión con las familias…
Nunca me gustaron las visitas en el hospital, tampoco quería que los familiares nos estuvieran esperando mientras yo estaba dando a luz… Las primeras horas del bebé son para los papás (y hermanos si los hay), y yo no quería por allí a los abuelos y tíos. Pensar en esto me producía nerviosismo y estrés.
Sabemos que ésto no gustó a nuestras familias, pero nos dio igual, era nuestro bebé y nuestra decisión.
En el hospital nos dieron dos opciones: ir a urgencias estando ya de parto o trasladar el historial unas semanas antes de la fecha prevista. Y aunque sabíamos que al ser primeriza, tendríamos tiempo, elegimos la última opción.
Hicimos el alta, hablamos con la matrona, revisión completa, ecografía, analítica y presenté mi plan de parto. Mi plan de parto era muy similar a la línea de su propio programa pero quise presentarlo igualmente.
Cuando llego el día todo fue como lo había soñado, siempre estuve informada y me consultaban cualquier cosa. Todo el personal sanitario leyó mi plan de parto y lo respetaron.
Mi pareja estuvo con nosotros en todo momento, teníamos sofá-cama para el acompañante y estuvimos muy bien atendidos. Además, nunca me separé de mi pequeño en ningún momento, ni siquiera para ninguna prueba.
El momento del parto nos marca de por vida, tanto a las mujeres como a los bebés. ¿Sabías que la manera de nacer del ser humano, define su personalidad? Esto es demasiado importante como para dejarlo en manos del destino o manos de cualquiera persona, ¿no crees?
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“La forma en la que nacemos es una de las raíces del árbol de nuestra vida”