Siguiendo en la linea de la semana pasada os voy a hablar de lo que debemos hacer si presenciamos un atragantamiento.
Lo mejor es intentar que no se produzca. Suena a perogrullo pero como médico de familia que soy, lo que más me gusta es prevenir antes que curar. Así que mucho cuidado con los objetos pequeños, canicas, huesos de aceitunas, huesos de cerezas u otras frutas, granos de maíz, cuentas de collares (incluidos los de ámbar) etc. Un descuido de un segundo nos puede llevar a momentos de mucha angustia.
Pero vamos a ponernos en el peor de los casos y estamos antes un atragantamiento, ¿qué debemos hacer? Lo fundamental es no perder la calma pero actuar con la rapidez.
Lo primero que debemos hacer es indicar a la persona que tosa, y que lo haga con fuerza. Si no puede, o no es suficiente, inclinaremos a la víctima hacia delante y con el talón de la mano daremos 5 golpes secos y fuertes entre los omóplatos. Y si aun así no es suficiente realizaremos la maniobra de Heimlich
La maniobra de Heimlich consiste en colocarse detrás de la la víctima y abrazarle. Con una mano debes hacer un puño y colocarla entre el esternón y el ombligo, y con la otra mano envolver el puño. Después hacer compresiones hacia dentro y hacia arriba, como si intentases levantarlo. Las compresiones deben ser secas y fuertes.
Si tenemos la mala suerte de que no es efectivo y la víctima perdiese el conocimiento, debes tumbarlo y comenzar la RCP.
Si la víctima estuviera embarazada o fuera una persona obesa, no tiene sentido hacer las compresiones debajo de esternón, así que la maniobra sería similar salvo que las compresiones se harían mas arriba, en el centro del pecho.
En el caso de atragantamientos en un bebe, este se debe colocar boca abajo,
colocando la cabeza en la palma de la mano y apoyando su cuerpo en el antebrazo, con la cabeza más baja que el resto del cuerpo. Hay que alternar cinco golpes fuertes entre las escápulas con cinco compresiones torácicas, con dos dedos, en el centro del pecho.
¿Y qué puedes hacer si te pasa a ti y estás solo? También te puedes hacer la maniobra de la misma forma, haciendo un puño y cubriéndolo con la otra mano, para presionar entre el esternón y el ombligo. También puedes ayudarte con el respaldo de una silla. Sé que no es fácil, y menos en momentos de tensión, pero no pierdas los nervios y lo conseguirás.
¿Y sabes por qué se llama la maniobra de Heimlich? Pues en honor a su creador, un cirujano torácico que, aunque parezca mentira, no la tuvo que realizar hasta ya cumplidos los 90. Fue en la residencia de ancianos donde vivía, cuando una anciana de 87 años se atragantó con una hamburguesa y Heimlich no dudó en practicar, por primera vez para él, la ya famosa maniobra que tantas vidas había salvado hasta entonces.
Paloma Cano
Doctora Sin Zapatillas
Médico de Familia
¡¡FELIZ MIÉRCOLES!!