No siempre puedo acceder a que nos quedemos un rato, pero generalmente negocio con ella que sean pocos minutos si ando muy apurada. Bueno, el día en cuestión, llegamos y solo habían 3 sillas y estaban ocupadas, habían tres personas sentadas, eran una señora mayor, un hombre y una mujer. Yo como no me iba a quedar mucho tiempo me quede de pie al lado de uno de los pilares, pero cual fue mi asombro al ver que había una mujer embarazada de pie. Honestamente no lo podía creer! Generalmente le digo a la gente cuando veo ese tipo de cosas, sin embargo esta vez creo que estaba un poco en shock, la pobre mujer embarazada (que además se veía que su embarazo ya iba bastante avanzado) se quedo ahí de pie mientras los otros dos personajes muy cómodos estaban sentados platicando, me parecio increíble que estos dos personajes no se dieran cuenta que no solo era una falta total de cortesía, es que además estaban perpetuando esa falta de cortesía al darle ese ejemplo a sus hijos!.
Al poco tiempo, el señor se levantó para ir a buscar algo y yo rápidamente fui a agarrar el asiento (la mujer muy cómodamente iba a poner su bolso) y se lo ofrecí a la embarazada, la pobre mujer con alivio me dio las gracias, pero esto no se trata sobre mi, por que honestamente no hice nada extraordinario, se trata de que la que no solo no le dio el lugar y además iba a poner sus bolsos en la silla era OTRA MUJER!
No me aguanté y se lo dije, le dije que como era posible que no pudiera darle el asiento a una mujer embarazada, que ella también había estado embarazada y sabia lo cansado que es sobre todo en los últimos meses. Como era de suponerse su respuesta fue que me callara, que dejara de ser tan metiche, etc, etc.
Pero lo que vengo aquí a reflexionar es, ¿dónde quedó el civismo, la cortesía? Cuando yo era pequeña eso te lo enseñaban en casa y te lo reforzaban en el colegio, recuerdo que cuando alguien entraba a nuestra aula de clase teníamos que saludar fuera quien fuera, y los papás aún de adolescente te decían y te avergonzaban diciéndote en público “¿ya saludaste?, dale el lugar a la señora”.
Hace poco estuve en un evento organizado por Voces Vitales y el expositor nos dijo que el hábito de la cortesía era como un musculo, hay que ejercitarlo y yo no lo había visto con esa perspectiva, pero creo que es cierto, a veces no queremos ser cortés con alguien porque nos quita tiempo, porque nos quita comodidad, pero lo hacemos porque debemos hacerlo, y entonces no nos sale tan natural, y lo hacemos como cuando vamos al gimnasio y nos toca hacer una serie de repeticiones de un ejercicios que no nos gusta. Pero ¿será que si ejercitamos ese músculo a menudo nuestros hijos ya lo tendrán desarrollado y no les costará desarrollarlo o mejor aún mantenerlo en forma?
Creo que una de las grandes fallas que tenemos como padres, sin importar el estilo que escojamos para criar, es olvidar o desconocer que el ejemplo es el mejor y peor maestro, pero sobre todo es el más efectivo! En eso yo no puedo tirar la primera piedra, no una, sino muchas veces le he dado un mal ejemplo a Silvana, en cosas que he dicho, en cosas que he hecho, en cosas que no he hecho, muchas veces me doy cuenta a tiempo y las corrijo, por que en mi contra yo si se que el ejemplo es para bien y para mal!!!! Otras veces no me corrijo por que es muy difícil, por que estoy apurada, por que, por que , por que….
Entonces aquí si me pregunto, ¿no quiero yo lo mejor para ella? La respuesta sin dudarlo y sin perder tiempo es a todo pulmón SI, entonces mi propuesta para mi y para ustedes es, por que no ejercitamos ese músculo de la cortesía más a menudo, eso se contagia, se expande y se regresa, ¿No les parece? Entonces la mejor forma de enseñar cortesía a nuestros hijos sería con el ejemplo ¿no?, y como no siempre nos sale natural entonces la mejor manera de inculcar cortesía en los bebés, niños y adolescentes es ejercitando nosotros mismos ese músculo, el de la cortesía, siendo cortés con los pequeños también! Por que a veces nos olvidamos de ser cortés con ellos!
Entonces, ¿Que dicen? ¿Lo hacemos?