Pero, ¿tu lista incluye inclusión?
Hace unas semanas fui con Isabela a una fiesta infantil. Ella regresó donde mí con lágrimas en los ojos. “¿Qué pasó?” le pregunté.
“La Pepita y la Juanita dicen que no quieren jugar conmigo y que ya nunca más van a ser mis amigas” me dijo.
Esta tiene que ser una de las cosas más difíciles como madre de escuchar. Duele más que cuando nos pasaba lo mismo a nosotras de niñas (estoy segura que nos pasó a casi todas). Siempre digo que lo más difícil de la maternidad son las emociones, y esto encasilla perfecto en lo que me refiero. ¿Cómo le ayudo a mi hija a procesar tremenda emoción que está sintiendo?
Primero, me dio ganas de ir donde la Pepita y la Juanita y decirles que son unas groseras y que se juega con todos y que que les pasa. Seguro si les ha pasado sintieron lo mismo. Natural, mi primera reacción siempre será de mamá oso. Obviamente esta reacción casi nunca va a ser la correcta, y no va a solucionar nada. En mi mente:
Así son los niños.
He escuchado tanto esto, incluso lo he dicho. Así son los niños, los niños son malitos hasta de chiquitos, esto es normal de niños.
Tal vez, tal vez sea normal. Tal vez las niños a veces no se dan cuenta de lo que dicen o que están haciendo sentir mal a otro. Quedará en tela de duda si es normal o no, pero lo que si es cierto es que no está bien. Nunca está bien hacer sentir mal al de al lado.
Entonces, si no esta bien quiere decir que nosotros, los padres, debemos dejar de decir que es normal y abordar el problema.
Estoy segura que ninguna mamá quisiera que su hija esté en esta situación, y si te ha tocado lo que vas a decir seguramente es similar a lo que yo le dije: “Mi amor, si ellas no quieren jugar contigo, ellas se pierden. Mejor juega con otras amigas, mientras más amigas mejor”.
Pero existe una forma de evitar que nuestros hijos se encuentren en esta situación o que ellos sean quienes son responsables de poner a otros niños en esta situación.
Si queremos lograr que esto deje de pasar, debemos preguntarnos:
¿Cuándo fue la última vez que hablé con mi hijo de inclusión?
¿Alguna vez me he sentado con mi hijo a hablarle acerca de qué debemos hacer cuando estamos jugando con un amigo y viene otro niño que quiere jugar o que pregunta si puede jugar? ¿Le he dicho que siempre se dice que sí?
¿Alguna vez le he dicho que nunca se debe decir a otro niño que no quieren ser su amigo, que esas afirmaciones duelen?
¿He reflexionado con ellos, preguntándoles cómo se sentirían si fuesen los que están siendo excluidos?
¿Les he pedido siempre buscar al niño que está solo e invitarle a jugar?
¿Les he pedido ser amigos y amables con todos?
¿Alguna vez les he conversado que nunca se debe hacer sentir mal al de al lado?
¿Les he enseñado que deben tratar al resto como quisieran que les traten a ellos?
Les dejo en su mente estas preguntas, para que la próxima vez que estemos conversando con nuestros hijos, no nos olvidemos de la importancia de la inclusión, y de que la inclusión se enseña.
Si queremos que nuestros hijos vivan en un ambiente mejor, debemos empezar nosotros por enseñarles a ellos a ser mejores.
Lo que va, viene. Si ellos son siempre amables, inclusivos, invitan a jugar al que está solo, estoy segura que vendrá lo mismo hacía ellos. Otro niños aprenderán de ejemplo.
Mucho mejor sería que todos los padres nos tomemos un minuto para hablar con nuestros hijos de inclusión, hará mucho más bien que justificar las actitudes excluyentes con un “Así son los niños”
Mucho mejor es apersonarnos los padres por la educación que conlleva los valores. Por entender que la inclusión se aprende, se enseña. Si queremos niños inclusivos con todos, tenemos que hablarles de inclusión.
Si te gustó este artículo, lee también este que trata acerca de la amabilidad en los niños.
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