La toxoplasmosis en el embarazo
La toxoplasomosis es una infección ocasionada por un parásito microscópico llamado toxoplasma Gondii que normalmente suele pasar desapercibida en personas saludables, con síntomas bastante parecidos a los de un resfriado. Sin embargo, en las mujeres embarazadas puede ser una infección peligrosa ya que puede afectar a la placenta y al bebé pudiendo llegar a provocar problemas estructurales y neurológicos en el feto.
Es más posible que el bebé contraiga la infección conforme avanza el embarazo aunque habrá más probabilidades de que sea más grave en las etapas iniciales del embarazo.
Hay también una pequeña posibilidad de que contagies al feto la enfermedad si la has pasado hace poco, por lo que si es posible, sería conveniente no quedarse embarazada hasta pasados unos 6 meses desde que la pasaste (si es posible, que ya hemos dicho antes que muchas veces ni siquiera sabes que la has pasado).
El mayor riesgo de contraer la toxoplasmosis es por comer carne cruda o poco cocinada aunque también hay otras maneras de contagiarse tales como comer frutas o vegetales frescos contaminados, agua contaminada, tocar tierra contaminada o tocar heces contaminadas de animales infectados y después tocarse la nariz o la boca.
La toxoplasmosis no es contagiosa de persona a persona, salvo en el caso de estar embarazada que puede pasárselo la madre al feto.
Bien, ahora que ya sabemos lo que es, cómo se contrae y las consecuencias que puede tener,
¿qué puedes hacer para evitar la toxoplasmosis?
La clave fundamental es la higiene. Habrá que prestar especial atención a los siguientes puntos:
Lavar cuidadosamente las frutas y verduras. Los productos como la Amukinasuelen ser bastante efectivos.
No comer carne cruda, poco hecha ni embutidos. En el tema de los embutidos a mí la matrona me dijo que si habían sido congelados 48h antes no había problemas pero ante la duda lo mejor es consultar con tu médico.
Lava todos los utensilios que hayan estado en contacto con carne cruda antes de usarlos con otros alimentos.
Si tocas tierra, utiliza guantes o lávate muy bien las manos después (o haz las dos cosas).
Si tienes un gato y no estás segur@ de que esté libre de infección, llévalo al veterinario y que le hagan una analítica para salir de dudas y si puedes, evita limpiar su arenero durante el embarazo.
¿Qué precauciones hay que tener con el gato si estás embarazada?
Como
Todos los mamíferos pueden contraer el toxoplas gondii pero los gatos son la única especie que elimina el agente infeccioso y lo hace a través de las heces. Para contraer la toxoplasmosis, el gato tendrá que ingerir tejido infectado y eso sólo ocurrirá si cazan y se alimentan de roedores o aves salvajes o si comen carne cruda, NUNCA de latas o piensos.
Las heces se volverán potencialmente infecciosas en caso de estar infectadas después de uno a cinco días, por lo que si el arenero del gato se limpia a diario no habrá peligro alguno. Igualmente, si te quedas más tranquila, pide a otra persona que se encargue de limpiar el arenero durante la gestación y listo. Y si aun así lo tienes que hacer tú, evita tocarte ojos nariz o boca justo después de limpiarlo y dedica un rato a lavarte las manos a conciencia.
Como ves, se cuestión prestar especial atención a la higiene y ya está. Y si tienes gatos, a darles mucho amor que luego llega el bebé y ya no se les hace tanto caso a los pobres.