Me sorprende que a la gente le cause tanta curiosidad saber cómo me las apaño con tres hijos, uno de ellos bebé, supongo que el hecho de que las familias numerosas hoy en día sean una minoría debe influir, además del ritmo de vida exigente que llevamos, que no ayuda mucho a esto de sostener la familia.
La respuesta cobra más interés cuando quien pregunta sabe o recibe la información de que, además, desarrollo el papel de madre fulltime sin ayuda, es decir, que me como sola lo que viene siendo esto de lidiar con los renacuajos. Entonces se suceden las respuestas varias de "no puedo yo con uno, tú con tres no se cómo lo haces", "qué valor tienes, eres una campeona" (esto me lo han dicho hoy tres personas diferentes por whatsapp, lo juro).
Pues lo hago. Y no considero que tenga mayor mérito porque creo que cualquiera en mi situación saldría adelante, porque con lo difícil que es, porque lo es, cuando no te quedan más
Nunca he estado tan cansada en mi vida como desde que soy madre de tres, lo juro. Y mira que he estado cansada porque tuve una época en mi vida en la que trabajaba mucho, muchas horas, con poco descanso y falta de horas de sueño. Durante cinco años a mi jornada laboral de 7 horas en una gran superficie le sumaba los viernes y sábados las tocatas con la orquesta, y en verano con las bodas, ferias y fiestas de guardar podía estar de jueves a lunes empalmando una cosa con la otra, recorriendo cientos de kilómetros sin apenas dormir, o echando cabezadas en la furgoneta. Pero era más joven y no tenía más responsabilidades que mis gatos.
El caso es que estoy cansada nivel máximo, y no soy de quejarme. Pero es la realidad, por más que intento organizarme para descargarme un poco da igual, siempre surgen compromisos, imprevistos o circunstancias que hace que lo de descansar sea pura utopía.
MI DÍA A DÍA COMO MADRE DE TRES HIJOS
Mi día comienza con el despertador sonando a las 7 de la mañana. Nunca he tenido buena relación con él, vamos, con algo que me ponga una hora para despertarme y más antes de las 10 de la mañana, así que me toca las narices el simple hecho de acostarme sabiendo que a las 7 a.m. toca diana. Pero no, no me levanto a las siete, no soy capaz. Soy de las que tiene que apagar dos o tres veces el despertador y dormir "un poquito más" para no despertarme del humor de un rinoceronte con sarna y me cuesta bastante arrancar.
Aclaro que hasta hace no mucho el despertador sonaba a las 7,30 a.m. pero me vi obligada a adelantarlo media hora, por lo que ahora voy a contar.
Tras remolonear y apagar varias pausar varias veces el despertador, decido levantarme a las 7.30, y lo primero que hago normalmente es darle el pecho al pequeñín, para que así aguante un ratito más y no llore mientras estoy liada con los mayores. Cuando acabo me voy al baño, me ducho y me arreglo para estar ya vestida para salir cuando despierto a los niños, a las 8 de la mañana.
A los niños tengo que despertarlos y casi arrastrarlos jurando en arameo infantil de la cama al salón, sobre todo a mi hija, que odia madrugar casi tanto como yo y es muy dormilona, diría que incluso más que yo. Les pongo los dibujos para que vayan espabilando mientras yo preparo su desayuno. Aprovecho el tiempo de calentar la leche en el microondas para preparar el almuerzo que se llevan al cole, y así eso que dejo hecho también.
Ellos desayunan solos y yo voy adelantando cosas: cambiando el pañal y vistiendo al peque si se ha despertado, les pongo los uniformes a mano para que se vista, dejo las mochilas cerca de la puerta junto con mi abrigo y mi bolso -ya lo he tomado por costumbre para no volver a salir de casa dejándomelo dentro y verme en la calle sin llaves, como me ha pasado varias veces ya-, se visten, superviso, se lavan, los peino, superviso de nuevo, me pongo el fular elástico o la bandolera y salimos todos corriendo de casa.
Nos vamos al coche, los monto, subo mochilas, abrocho cinturones y salimos para el cole. Lo peor es el tráfico que pillamos, con una rotonda muy concurrida en hora punta y muchos padres queriendo aparcar lo más cerca del colegio. La puñeta es que al cole del mayor podría ir andando pero como al de la pequeña hay que ir en coche, pues me toca comerme el caos que se forma en el primero. Aunque una ya va sabiendo más y normalmente dejo al niño en el paso de peatones y sube con alguien para que no lo haga solo. Tengo suerte de que en general los padres colaboran bastante en este aspecto. Y me voy corriendo a dejar a la peque.
Ahora es cuando digo que he adelantado la hora de levantarme porque llegábamos al colegio por los pelos y estresados, así que ahora vamos mejor de tiempo y llegamos al cole a una hora prudente.
A la vuelta me voy a casa directamente salgo que tenga que hacer la compra o algo en especial, sobre todo porque a esas horas aún no he desayunado y voy ya desmayadita perdida, Me gusta sentarme tranquila a tomarme mi café, mis dos tostadas y organizar mi día mentalmente mientras observo el caos de mi casa. En esos momentos me dan ganas de meterme en la cama y taparme hasta las orejas con el edredón, pero no puede ser.
Cuando me siento a desayunar normalmente son las 9:30 y en ese momento me da el primer bajón del día, porque resulta que estoy en lo que se conoce como "primera hora de la mañana" pero yo ya llevo 3 horas de pie, sin parar ni un minuto tras superar lo que para todos es el momento más estresante del día.Y es que la logística niños-colegio tiene lo suyo.
Como mi vida de trimadre es un caos necesito poner orden en aquello que pueda controlar. Y no es que yo sea una maniática del orden, de hecho siempre he sido más bien despreocupada en este aspecto, pero me es mortal de necesidad hacerlo para no querer cortarme las venas. Así que en cuanto acabo de desayunar ya he cogido la rutina de hacer camas, limpiar baño, recoger el salón y dejar la casa aparente antes de sentarme un rato delante del ordenador. Antes no lo hacía así y el tiempo que dedico a ordenar mi faena 2.0 lo hacía con remordimientos al ver mi casa desordenada, ahora me siento un poco más tarde pero con una casa aparente que me permite enfrentar el resto de la mañana más tranquila.
Me suelen dar las 11 de la mañana, con suerte las 10:30 cuando consigo encender el portátil y se que a 1 del mediodía tengo que estar prevenida bien para preparar la comida, bien para salir al cole a por los niños, con las pausas obligadas para atender a mi bebé, según me demande. Con suerte duerme casi toda la mañana. Lo normal es que se me eche el tiempo encima y salga de casa o con la comida a medias o sin hacer, la ventaja es que al no estar mi marido el tema de cocinar se vuelve infinitamente más sencillo.
Los días que tenemos extraescolares directamente como en casa de mi madre porque si no no llego a tiempo, al menos así voy un poco más desahogada y me da tiempo a comer-porque había días que entre unos y otros salía de casa con solo un currusco de pan en el estómago-, pero viene siendo más o menos lo mismo solo que sin cocinar, ya que nada más salir de comer tengo que salir escopeteada con los tres y conducir 20km. Al menos el rato que ellos están en sus clases yo aprovecho para dar un paseo con mi bebé, pensar en cosas banales, comerme un helado, vamos, lo que viene siendo cosas insustanciales, porque si me quedo sentada en un banco a esperar lo más probable es que me duerma en contra de mi voluntad, y para hazmerreir de la gente que pasa.
Cuando los niños salen de clase si hace bueno se quedan un rato en el parque jugando, aunque muchas veces estoy tan cansada -os recuerdo que son las 18:30 horas y yo llevo desde las 7:30 en pie sin descansar ni un momento- que si me dicen que se quieren ir a casa me pongo como la flamenca del Whatsapp, lo juro. Con remordimiento por se mala madre, pero es que a mi todavía me queda tela marinera por delante.
Muchas veces tengo que hacer algún recado y nos retrasamos algo más en la vuelta, cosa que intento evitar porque los niños van ya pasados de rosca y lo más probable es que donde paremos me la líen, y tampoco estoy yo para mucho jaleo, más bien mi paciencia -y mi humor- a esas horas es la de un orco.
Ya en casa todavía tienen tiempo de jugar un rato, yo voy recogiendo cosas de aquí, de allá, preparando para el día siguiente, que si pongo una lavadora, tiendo o destiendo la colada, el mayor hace los deberes si no los ha hecho antes, se pelean un rato, se gritan, se enfadan, yo me enfado, les grito... En fin, el cansancio no es buen compañero para nadie.
Momento baños. Malamadre total- En mi casa mis hijos no se bañan, se duchan porque es más rápido y práctico. En mi casa mis hijos no se duchan todos los días, ni casi dos días, se duchan según veo que les hace falta, es lo que hay. En mi casa mis hijos no se duchan el mismo día, salvo excepciones, un día se ducha uno, otro día se ducha otro. Al peque lo baño por las mañanas cuando estoy sola, comprobado que es lo mejor para todos. El mayor se ducha solo, lo cual es un adelanto. A la pequeña solo le lavo el pelo, el resto es "yo solita", y mientras yo puedo ir preparando las cenas.
A las 9 procuro tenerles la cena ya en la mesa y a las 9:30 se van a la cama. A lo mejor no se duermen -en el mejor de los casos sí-, pero ya están "ensobrados" sabiendo que no pueden levantarse, y con esto me vale, aunque se peleen un buen rato antes de dormir.
Y ahora dirás, "¡qué bien que los tienes acostados tan temprano!". Pues sí, pero no. Porque amiga, mi faena no acaba ahí, no. Aún tengo que cenar yo y atender al pequeño, que también cena y se merece pañal y pijama limpio. Así que entre unas cosas y otras hasta las 23 horas más o menos no considero que ya, por fin, puedo descansar un rato. Y entonces es cuando por mucho que quiera ver algo en la tele, me caigo de sueño mortal y si no me duermo en el sofá, me arrastro hacia la cama, hasta el día siguiente.
¡¡¡Miento!!! hasta el día siguiente, sí, pero con dos o tres despertares nocturnos, que el pequeñín no perdona. Y a las 7 de la mañana ooooootra vez el puñetero despertador, y yo soy Bill Murrray en "El día de la Marmota".
¿Que como lo llevo? Pues ni bien ni mal, lo llevo, que no es poco. Y este es mi manta everyday.
¿Cómo es tu día a día de madre?
¿Llegas viva y entera al final del día?
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