El punto de partida o enfoque es el siguiente (y dicen que a la larga, funciona) : En vez de esperar a ver qué hace y cómo y después regañarle o castigarle, voy a incentivar su conducta dirigida a PORTARSE BIEN.
¿Y si hacemos peticiones acordes a tu etapa de desarrollo?
Con esto nos referimos a que muchas veces tendremos que explicar por qué deseamos que hagan una cosa o la otra. Los niños pequeños no poseen aún la sabiduría necesaria para saber por qué deben actuar de un modo y no de otro, por ello deberemos hacer hincapié en que nos entiendan, con frases básicas como: ''Recogemos los cochecitos porque estaban guardados antes de sacarlos, así que hay que devolverlos a su lugar' o 'Vamos a bañar a nuestro perrito porque merece estar limpio como nosotros' .
El refuerzo positivo
Ya sabes que si a un niño le motivamos a que se comporte bien, estaremos reduciendo las probabilidades de que se porte mal. Más fácil es entenderlo con este ejemplo: ''Si haces los deberes a tiempo, podrás jugar un ratito con tu hermano'' o ''Cuando acabe el curso, si has sido bueno en el cole, iremos todos al parque de atracciones'' o ''Te compraremos el disfraz de Elsa de Frozen si te portas bien en el médico'' . Tus hijos, poco a poco, entenderán que detrás de una conducta positiva habrá una recompensa, y no necesariamente material. Podéis ir al parque de atracciones, pero también puede simplemente, recibir los agradecimientos de su familia y seres queridos. El elogio es un concepto que no debemos subestimar. Ahora te cuento por qué.
Elogiar, siempre buena idea
Al contrario de lo que muchos papás y mamás creen, elogiar a los niños a su debido tiempo y sin abusar, puede ser muy satisfactorio no sólo para su autoestima sino para que se porten bien y te hagan caso. Cuando te enfrentes a un momento difícil en el que sabes que a tus hijos les va a costar hacer una tarea o llevar a cabo una actitud concreta, no dudes en acompañarlo de un elogio. ¡Qué niño tan limpio y ordenado! Cuando recojáis juntos la habitación o frases como estas, cuando haga 'alguna tarea concreta bien y sobre todo con esfuerzo explícito por su parte': ¡Qué bien te estás aprendiendo las letras y los números! ¡Estoy orgullosa de ti! cuando repaséis juntos las tareas del cole.
¿Más frases? ¡Lo has conseguido gracias a tu propio esfuerzo! ¡Me gusta cómo lo has hecho! ¡Fíjate, antes no pudiste, pero ahora ya sí! ¡Qué bien se te dan las ciencias naturales! SI por ejemplo, intuís que vuestro hijo tiene una especial devoción por el deporte o por la música y además disfruta desarrollándose en este ámbito, no dudes en aprovechar y elogiar en este momento: ¡Qué bien tocas ésa canción! ¡En Navidad los Reyes podrán traerte un instrumento musical nuevo!
Lenguaje positivo, en definitiva
Que tu lenguaje corporal sea igual de motivador y positivo que tus palabras. De nada sirve emplear frases llenas de alegría y de motivación o entusiasmo, si nuestra comunicación no verbal no las acompaña. Acaricia, juega, ríe, salta y corre con ellos. No se trata de ser su mejor amiga pero sí de ser una madre o padre implicado y consciente en la etapa que vive su hijo. Estar cerca de él hará que entiendas mejor sus necesidades y que practiques la empatía de forma muy activa.
¡Gracias a todos estos consejos, te aseguras niños más obedientes, seguro! ¿Queréis contarme vuestros trucos para que obedezcan?