Hace tiempo me dí cuenta de que estaba muy equivocada, lo que pasa que es muy fácil prejuzgar a los niños, y a sus padres. Hay que conocer el escenario que han tenido esos niños, si sus padres se han divorciado, si han estado en algún orfanato, si no reciben el cariño suficiente. O por otra parte, si simplemente se trata de niños nerviosos, que tienen otro tipo de necesidades y que les cuesta prestar atención.
He cometido el error de prejuzgar a esas familias, que, luchan diariamente para cubrir las necesidades de esos niños especiales, y que les dan mucho cariño. Entiendo que el trabajo que hacen esas madres y padres no es nada fácil, día a día "luchar" contra las opiniones de los demás padres y madres, que creen que sus hijos son perfectos, y que los hijos que pegan y no están atentos son malos.
Deberíamos tener más paciencia con este tipo de niños, porque en el fondo no dejan de ser niños, y además, suelen tener un gran corazón. Y no tienen necesidades muy distintas a los otros niños, cariño, atención, amor, comprensión.