Una vez en una reunión dónde estabamos sólo mamás, preguntó una psicóloga sobre qué hacíamos cómo padres para despejarnos o relajarnos de la rutina. Algunas mamás respondieron que se iban a la peluquería, otras preparaban un postre, etc; yo respondí: "al menos 2 veces al mes, mi hijo se queda con mi tía o mi mamá, y nosotros (mi esposo y yo) nos escapamos toda la tarde para ir al cine, ir a comer o hacer compras". La psicóloga me dijo que era bueno siempre darnos tiempo, sobre todo en pareja. Pero una mamá que no estaba de acuerdo me preguntó: "¿no te sientes culpable de dejar a tu hijo?" le dije que no, pero me quedé pensando en ello.
Porqué me sentiría culpable? estaba haciendo bien las cosas? está mal no dedicarle todo el tiempo a mi hijo? Yo sé que desde que nuestros hijos nacen se convierten en el centro de nuestras vidas, y no es para menos, es parte de nosotras, nuestra alegría y el motor que hace que cada día sigamos adelante, pero también es muy importante la relación de pareja y que esta sea positiva para que nuestro hogar se mantenga sólido gracias a la seguridad que le damos como padres.
No te sientas culpable si necesitas salir, si sientes que quieres huir un rato de casa y estar sola, si tienes ganas de estar con tus amigas y conversar un rato, si quieres ir al cine en pareja. Es normal, somos madres pero también mujeres que necesitamos recargar energías para continuar con nuestra labor de madres con fuerza.
Hace unos meses me fui de viaje con mis amigas de promoción porque cumplíamos 10 años de salir del colegio (me siento vieja!) y me fui de viaje a Trujillo a un hotel hermoso y muy cómodo dónde estuve 3 días en la piscina, en el sauna, en un jacuzzi con mis amigas riendo, en un bar tomando un trago (algo que no hago esporádicamente), etc.; sé que muchas personas pensarían lo mala madre que había sido al dejar a mi hijo, pero saben qué? esos días me hicieron recargarme de energía, extrañar a mi familia y saber que tengo un compañero que me comprende y sabe que necesitaba esos días para desestresarme y me recibió con los brazos abiertos haciéndome saber lo mucho que me extrañaron.
No me siento culpable, no soy una mala madre, me doy cuenta al ver a mi hijo crecer feliz y ver que es un niño bueno, respetuoso y muy cariñoso. Lo que piensen los demás de tí debe quedar a un lado, sólo sigue lo que te dice tu corazón siempre.