Peques desayunando antes del cole
Nuestro mundo envuelto en prisas
Actualmente nuestro mundo gira demasiado rápido, tenemos que atender muchos asuntos y el tiempo es limitado. Como decimos la vorágine diaria, demasiadas responsabilidades y exigencias con el tiempo justo y ante cualquier imprevisto el estrés se dispara y los nervios.Este es el pan de cada día, sólo teniendo un descanso el fin de semana. Y es que desde que nos levantamos ya tenemos que llevar un control de tiempos para cumplir con la rutina diaria y cumplir las expectativas diarias.
Muchas veces el estrés se encuentra con nuestro sentimiento de culpabilidad porque no pasamos suficiente tiempo con los peques y es cuando estallamos o decimos cosas que no queremos decir al unirse con las prisas y está vida actual tan acelerada.
Los peques no entienden nuestros problemas, ellos necesitan tiempo para ir aprendiendo y evolucionando de una manera constante y sin prisas. Pero actualmente nuestro ritmo de vida nos hace perder los nervios e involucrarnos en nuestra espiral de exigencias y responsabilidades diarias.
Los niños deben vivir tranquilos
¡Que te des prisa, ¿pero es que no me oyes?!, ¿No entiendes que si no aceleras vamos a llegar tarde? ¿Alguna vez habéis tenido la sensación de que vuestro hijo no os escucha cuándo le estáis pidiendo que haga algo enseguida? Seguro que esto os ha pasado más de una vez y os habéis sentidos desbordados por la situación y sin poder gestionar los sentimientos.Esto es principalmente porque nosotros vamos a contrarreloj, cosa que los peques no y no entienden, esto genera esa frustración en nosotros y que pensamos que nos están tomando el pelo. Pero nada más lejos de la realidad, debemos ser comprensivos con ellos ya que ellos no son conscientes de nuestra vida cotidiana y más aún no deben serlo, sólo quieren jugar y aprender.
Tenemos que tener presente siempre que los peques no hacen las cosas para incomodarnos ni que lleguemos tarde, ellos van a su ritmo y todavía no son consciente de los horarios y su concepto del tiempo es muy diferente del nuestro.
Los mayores tendemos a vivir en el futuro siempre mirando adelante para adaptar nuestro presente. En los peques este concepto todavía no existe, ellos viven el ahora, no se plantean tareas a futuro ni del pasado. Conforme crecen y llegan a los 7 años en adelante es cuando empiezan a entender el paso del tiempo, las horas, los meses e incluso los años con los cumpleaños, pero debemos ir con calma y paciencia porque es nuevo para ellos y el tiempo es un concepto bastante abstracto y complicado.
Muchas veces con las prisas no nos damos cuenta de la edad de nuestros peques y les exigimos tareas y habilidades que todavía no han desarrollado o están empezando y queremos que las hagan rápido y bien. Como ponerse las zapatillas, más si son con cordones, abrocharse la ropa, si llevan botones y cremalleras.
Lo mejor es abordar las tareas con más tiempo y relajarnos y ayudarles en función de sus capacidades actuales y rebajar nuestros niveles de exigencia, debemos ser consciente de que todavía son niñ@s.
Por eso cuando estamos metiendo prisa a los peques no respetamos su ritmos, y nos desconectamos de ellos, que están en la flor de la vida y lo único que hacen es vivir su momento de la vida a su ritmo.
Así que si no queremos generar frustración o empezar el día de malas maneras, ya que además nosotr@s somos su ejemplo, lo mejor es ser pacientes, mostrarnos serviciales y respetar sus tiempos lo máximo que nos sea posible.
Consejos para ir a su ritmo
Así que lo mejor para empezar el día bien y con una buena conexión con nuestros peques es empezar los días concienciados de que tenemos que ir a su ritmo dentro de un horario. Vamos a ver los consejos:Lo mejor es conocer a nuestros peques y sus necesidades actuales, ya que estás cambian conforme crecen y cada vez necesitan menos ayuda.
Muchas veces nosotr@s hacemos sus actividades para ganar tiempo, como ponerle las zapatillas, prepararle la mochila, vestirlos, peinarlos, lavarlos los dientes. Se le puede ayudar y si no sabe o no llega si podemos hacerlo, pero lo mejor es que ellos lo hagan o participen en la tarea para ganar confianza, destreza y autoestima.
Debemos ser su ejemplo, enseñarles desde el respeto, la educación y el amor. Muchas veces las cosas no salen como queremos nadie ni nada es perfecto, así que muchas veces es necesario dedicarle más tiempo, y no debemos estresarnos.
Cuando empecemos la mañana debemos empezar con ellos de una forma serena y tranquila, lo mejor es dejar las cargas mentales a un lado. Todo irá mejor tanto para ellos como para nosotr@s.
Tenemos que enséñales en que ell@s son igual de importantes para el proceso como nosotr@s, así les podemos pedir ayuda para que demuestren su valía y mejoren su autoestima.
Debemos disfrutar del momento, tenemos que entender que en nuestras vidas todos los momentos son importantes e indispensables y más los que compartimos con nuestros peques en familia y nos ayudan a comenzar con energía el día.
Los mejor es relajar las expectativas que tenemos con todo y eliminar el estrés no pasa si llegamos un poco tarde al colegio. Un buen consejo es gestionar bien el tiempo de sueño si se necesitan 10 minutos más de tiempo por la mañana, lo mejor será acostarse este tiempo antes y así lo tendremos por la mañana. Esperando que vuestra vuelta a la rutina diaria sea lo más tranquila y llevadera posible, sino siempre podéis madrugar un poquito más y tomaros las cosas cotidianas con otra actitud y de forma más tranquila.